DIOS MÍO, DIOS MÍO, ¿POR QUÉ ME HAS ABANDONADO?
CUARTA PALABRA DE JESÚS EN LA CRUZ
Y después de tantas oraciones, de tanta intimidad y diálogo con el Padre, que nada hacia Jesús sin ponerse en su presencia; después de tanto amor de Padre a Hijo y de Hijo a Padre, en la hora suprema, Jesús se siente solo.



