¿SABÍAS QUE…
… QUIEN HACE LA LEY HACE LA TRAMPA?
Como hemos estado viendo en los capítulos anteriores, el Señor y su Madre estaban muy interesados en que el proyecto de Domingo saliera adelante. Sin embargo, el Papa Inocencio III no estaba muy por la labor. Había accedido a reunirse con Domingo solo porque su sobrino, el cardenal Hugolino, le había insistido hasta el aburrimiento. Pero, recién acabado el IV Concilio de Letrán, con todas las sesiones de trabajo y quebraderos de cabeza que había gestionado, al Pontífice no es que le apeteciese mucho una reunión más. Siendo sinceros, no le apetecía nada.