¿SABÍAS QUE…

… QUIEN HACE LA LEY HACE LA TRAMPA?

Como hemos estado viendo en los capítulos anteriores, el Señor y su Madre estaban muy interesados en que el proyecto de Domingo saliera adelante. Sin embargo, el Papa Inocencio III no estaba muy por la labor. Había accedido a reunirse con Domingo solo porque su sobrino, el cardenal Hugolino, le había insistido hasta el aburrimiento. Pero, recién acabado el IV Concilio de Letrán, con todas las sesiones de trabajo y quebraderos de cabeza que había gestionado, al Pontífice no es que le apeteciese mucho una reunión más. Siendo sinceros, no le apetecía nada.

Se metió en la cama refunfuñando. El encuentro se había fijado para primera hora del día siguiente, así que el sucesor de Pedro acarició la dulce esperanza de que el asunto fuese rápido y poder cerrarlo pronto. Con una ligera sonrisa, cerró los ojos… y se quedó dormido.

***

El cielo estaba cubierto de nubes, pero la iglesia de Letrán se mostraba en todo su esplendor. Inocencio III la contempló un instante, maravillándose de su belleza como si fuera la primera vez. Pero, de pronto, toda la basílica comenzó a tambalearse, como si su estructura estuviese cediendo. El Papa vio horrorizado cómo las paredes y columnas comenzaban a agrietarse: ¡¡¡el edificio estaba a punto de desplomarse!!!

El Pontífice miro a su alrededor buscando ayuda, pero estaba completamente solo. El techo de la basílica, tan bello unos segundos antes, empezó a resquebrajarse: ¡¡la iglesia se caía!!

Y, justo en ese momento, el Papa distinguió la figura de un hombre, de mediana estatura, vestido con un hábito blanco, que se acercaba a toda prisa. El religioso puso sus manos sobre el muro de la basílica, ¡¡y logró sostenerlo para que el edificio no se cayera!!

***

Inocencio III se despertó empapado en sudor. El sueño había sido tan nítido, tan real… que no pudo evitar pensar que tal vez se trataba de un mensaje del Cielo.

Evidentemente, recién clausurado el Concilio de Letrán, era fácil interpretar que esta basílica, donde habían estado reunidos todos los obispos, representaba a la Iglesia entera. Y, realmente, la situación de la Iglesia en esos momentos amenazaba a ruina total. El sueño no podía ser más claro. Ahora bien, ¿quién era ese hombre que evitó que la basílica se derrumbara? ¿Existiría?

***

Adivinas lo que sucedió, ¿verdad? Exacto. El pobre Inocencio III casi se cae al suelo del susto cuando Domingo cruzó las puertas de la sala. Aquel castellano enclenque… ¡¡¡era el religioso que había visto en su sueño!!!

Ante semejante aviso del Señor, como tú comprenderás, al buen Papa le cambió bastante la perspectiva: ¡¡¡había que ayudar y apoyar a ese sacerdote como fuera!!! Sí, las buenas intenciones están fenomenal, pero tenemos el espinoso problema del Canon XIII, recién estrenado, para más señas. No podían saltárselo alegremente, ni siquiera el Papa.

-Pero todo tiene solución -dijo de pronto Inocencio III.

El plan del Su Santidad era muy simple: Domingo y sus compañeros no podían crear una regla nueva… pero podían escoger una regla antigua: la regla de san Benito, o la de san Basilio, o la que fuera. Cualquiera de ellas, ¡¡¡ya estaba aprobada por la Iglesia!!! Abrazando una regla antigua, ya aprobada, ¡esquivarían el Canon XIII!

-Regresad a Toulousse, Domingo, elegid una regla de las ya existentes, y volved a Roma. Tenéis mi palabra de que, entonces, aprobaré vuestra Orden -sentenció el Papa.

PARA ORAR
-¿Sabías que… el Señor nos invita a caminar a hombros de gigantes?

Sin saberlo, eso fue lo que el Papa propuso a Domingo: investigar y aprovechar la sabiduría de los santos que le habían precedido. Podemos tener muchos dones y cualidades, pero es innegable que, antes que nosotros, hubo innumerables santos con una vivencia del Señor impresionante. ¡¡¡Y hoy en día podemos seguir aprendiendo de ellos!!!

Los santos nos ofrecen sus textos, sus reflexiones, el testimonio de sus vidas… como una luz más para alumbrar nuestro camino. Ciertamente, cada historia es única, el proyecto de Cristo en tu vida es absolutamente original, pero… ¡hay mucha sabiduría escondida en quienes te han precedido! Sus vivencias enriquecen y fortalecen la nuestra. ¡¡¡Aprovechemos la oportunidad de descubrir esta riqueza, caminemos a hombros de gigantes!!!

VIVE DE CRISTO

Pd: Domingo contará más tarde todo lo sucedido (incluyendo el sueño del Papa) a sus frailes y monjas, quienes custodiaron con veneración el relato de generación en generación, pasando a formar parte no solo de la historia de la Orden, sino también de su arte. Aquí te dejo un fresco del beato Angélico, dominico, que reflejó con sus pinceles lo que aquí hemos querido mostrar con palabras. ¡Espero que lo disfrutes!