¿SABÍAS QUE...
… DOMINGO RESULTÓ SER UN VISIONARIO EN EL SECTOR DE LA CONSTRUCCIÓN?
El Señor le había indicado a Domingo que su Orden debía empezar con un monasterio femenino, y le había señalado incluso el terreno donde debía construirse. Así pues, ¡solo había que ponerse manos a la obra! ¿Y qué se necesita para construir un convento? ¿Piedras? ¿Cemento? Sí, todo eso es muy bonito y muy idílico, pero dejémonos de poesía: lo que se necesita es dinero. Mucho dinero. Y Domingo no tenía ni para comprar pipas.