¿SABÍAS QUE
… LA VIDA DE DOMINGO PENDÍA DE UN HILO?
Quizás estaría bien comenzar diciendo que “nadie sospechaba nada”… pero lo cierto es que todos barruntaban que la tranquilidad de Prulla estaba llegando a su fin. No hacía falta ser muy avispado para suponer que el conde Simón de Montfort no permitiría que Domingo se marchase de rositas después de no haber querido unirse a la celebración de su primera victoria (forma políticamente correcta de hacer referencia a la matanza que organizó en Béziers).