RECUERDA: POLVO ERES...
VEN A CONOCER NUESTRA CERÁMICA Y SU PROCESO: CERÁMICA SAN BLAS
En efecto, partimos del polvo y todo nos habla de nuestra propia existencia, ya verás…
Éste es el proceso:
Tenemos polvo refinado que mezclamos en su justa medida con agua y batimos para que quede homogéneo, obteniendo la "barbotina", que nos servirá para hacer las piezas de cerámica en la modalidad de vaciado de moldes de escayola.
Rellenamos el molde, vigilamos y volvemos a rellenar y, cuando tiene un grosor adecuado, se vacía y esperamos por lo menos 24 horas para que se consolide.
La escayola absorbe la humedad y, al abrir el molde, obtenemos la pieza deseada, pero muy frágil y puede deformarse si no se trata con cuidado. La pulimos un poco y dejamos secar al aire. Pasado el tiempo oportuno volvemos a pulir si lo requiere lijando las asperezas y ya está lista para la primera cocción.
Unas cuantas horas al horno calentándolo poco a poco hasta llegar a 1.060 grados hacen que la pieza si está bien, resista y si no, estalle en mil añicos o en grietas, cada una tiene una modalidad. La cocción fue lenta y el enfriado también ha de ser así porque no admite cambios bruscos de temperatura antes de concluir esta prueba de fuego, después sí puede estar a la intemperie, que por hielos o calores nada la alterará. Ya está lista para la decoración.
Así es, elegimos la forma de la vasija para cada diseño buscando en los motivos del arte universal: ibérico, egipcio, griego, árabe, románico, gótico…o diseños de encargos lo más adecuado para cada una y adaptamos el motivo y los colores a la vasija, porque la armonía entre ambos contribuye a realizar el trabajo.
Estamos saturados de palabras pasemos a las obras. Dibujamos a lapicero el diseño elegido y vamos rellenando los colores. Usamos tierras refinadas para pintar con pinceles los diversos matices.
La pintura es bastante parecida a las acuarelas. Se distribuye el trabajo a cada hermana que realiza su obra en silencio, normalmente orando por quien lo comprará. Nosotras no los conocemos, pero Dios sí, ya que todo lo conoce de antemano. El sabe que pasarás por nuestra tienda y te llevarás tal o cual vasija y nosotras pedimos su bendición para ese hermano desconocido. A veces sabemos que será un regalo de bodas, jubilación, aniversario, agradecimiento,… y entonces tenemos una clave para nuestra oración. Otras veces revivimos la modalidad de los hermanos orientales cuando pintan sus iconos.
Si tenemos la providencia que en el mes de mayo, mes de María, nos trae alguien interesado en que le pintemos un mural de la Virgen. Es una maravilla sentirte en comunión con lo que pintas. Sus ojos son ojos vivos, nos hablamos, nos entendemos. El trabajo es oración muy viva. Luego da pena entregar esa obra que lleva algo de ti, pero hay que dar vida, y esta es una manera muy bonita de entregarse a sí mismo.
Tenemos ya la vasija terminada. Ahora viene un nuevo proceso. ¡Ah!, los grandes cambios van haciéndose poco a poco ¿Recuerdas? ¡¡¡Era polvo!!!... va siendo otra cosa.
Ahora una hermana embadurnará con muchísimo cuidado toda la pieza con un barniz al agua, una mano, otra, tres o cuatro o las que requiera dejando secar entre una y otra de modo que el dibujo queda totalmente oculto bajo una capa rosa. Y de nuevo otra… prueba esta vez: