JORDI: UNA HISTORIA DE MI NIÑEZ
AÑOS 1936/1942 Y UN MILAGRO.
Yo nací en el año 1930, un 24 de junio, en San Fausto de Camplentellas (Barcelona), mis padres fueron Juan Recolons Torrens e Ignacia Valpuesta Gonzalo. Mi padre nació en San Fausto de Campletellas (Barcelona) y mi madre en Lerma (Burgos). A mi me pusieron de nombre Jorge (Jordi).
Con 6 años decidieron mis padres enviarme a Lerma con mis abuelos, Juan José Valpuesta Herrera y Elena Gonzalo Castro, debido a los acontecimientos de los años 1936 y otros.
Tuve una feliz niñez en Lerma con mis abuelos, y a partir de aquí empieza mi pequeña historia y un gran milagro.
Fue un día de un mes de octubre de un año, posiblemente de 1940, en plena vendimia en Lerma; mi abuelo Juan José creyó oportuno bajar a la bodega de Santiago, que está situada en la Plaza del Mercado Viejo, donde mi abuelo tenía dos cubas grandes para almacenar el vino de nuestra cosecha, íba a comprobar la fermentación del mosto.
Bajando abuelo y nieto con nuestras luces de la época: el abuelo un candil de aceite y el nieto con una botella(sería de algún refresco de la época) con petróleo y una mecha. Repito, bajamos para realizar los trabajos necesarios, con ciertas precauciones debido al tufo, que podía existir en la bodega.
Efectivamente había tufo y se nos apagaron las luces. Gracias que mi abuelo conocía la bodega, pero se puso nervioso, o lo puse yo, pues empecé a gritar y a pedirle a la Santísima Virgen del Rosario que nos salvara; precisamente en esos primeros días del mes de octubre se celebraba la novena a la Santísima Virgen del Rosario (mi Virgen), en cuya celebración estaba ese día, en el convento de San Blas, mi abuela Elena. Yo no dejaba de implorar a la Virgen que nos ayudara, que nos salvara, etc. etc. y, de repente, yo me encontré entre la pared de la bodega y una cuba, la cual tenía una cadena; se lo dije a mi abuelo: “abuelo, abuelo, aquí hay una cadena”, mi abuelo dijo: -no te muevas de aquí, esta cadena es de la cuba del Capitán, y la escalera está cerca.
Así mi abuelo encontró la escalera, me recogió y subimos al vestíbulo de la bodega, le dimos las gracias a la Virgen y yo ,al mismo tiempo , estrellé la botella de la luz en el suelo.
Por aquel entonces vivíamos en el Mercado Viejo, en la casa de las “mosquitas” en la primera planta. Entre nuestra casa y la bodega vivía un tal Teodoro ó Telesforo, que cuando rompí la botella, comentó: “ a alguien se le ha roto una botella o un porrón”. Dicho vecino al vernos pasar, pues íbamos a nuestra casa , le comentó a un familiar: “¿has visto cómo van Juan José y su nieto, qué les habrá pasado? Pero el susto grande se lo llevó mi tía Elena al vernos llegar medio atontados.
Gracias a Dios y a la Santísima Virgen del Rosario, hoy, con mis 85 años y con el milagro que hizo la Virgen ese día desde su convento de san Blas de las hermanas Dominicas de Lerma, puedo contar esta “MI PEQUEÑA HISTORIA” que tuvo un feliz final .
Por cierto, mi abuela Elena por aquel entonces era una devota del convento y de sus monjas, a las que todos los años, que yo recuerde, les daba leña para el invierno y muchas más cosas; y yo recuerdo las onzas de chocolate que me daban las monjitas por ayudar en la Misa ó en las vísperas y el rosario.
Mi señora, María Teresa y yo , desde hace varios años , somos hermanos de la Cofradía de la santísima Virgen del Rosario.
Yo hice la 1ª Comunión el día 2 de mayo de 1940 en Lerma con 10 años, en la ex – Colegiata de San Pedro.