• 1

AQUÉL QUE SE HUMILLA, SERÁ ENSALZADO

1 Y sucedió que, habiendo ido en sábado a casa de uno de los jefes de los fariseos para comer, ellos le estaban observando. 

7 Notando cómo los invitados elegían los primeros puestos, les dijo una parábola: 

8 « Cuando seas convidado por alguien a una boda, no te pongas en el primer puesto, no sea que haya sido convidado por él otro más distinguido que tú, . 

9 y viniendo el que os convidó a ti y a él, te diga: "Deja el sitio a éste", y entonces vayas a ocupar avergonzado el último puesto. 

10 Al contrario, cuando seas convidado, vete a sentarte en el último puesto, de manera que, cuando venga el que te convidó, te diga: "Amigo, sube más arriba." Y esto será un honor para ti delante de todos los que estén contigo a la mesa. 

11 Porque todo el que se ensalce, será humillado; y el que se humille, será ensalzado.» 

12 Dijo también al que le había invitado: «Cuando des una comida o una cena, no llames a tus amigos, ni a tus hermanos, ni a tus parientes, ni a tus vecinos ricos; no sea que ellos te inviten a su vez, y tengas ya tu recompensa. 

13 Cuando des un banquete, llama a los pobres, a los lisiados, a los cojos, a los ciegos; 

14 y serás dichoso, porque no te pueden corresponder, pues se te recompensará en la resurrección de los justos» (Lc. 14, 1.7-14) 

 

Jesús, no sólo nos enseñó la humildad en primera persona: “aprended de mí que soy manso y humilde de corazón”. Y también los autores sagrados nos hablaron de Él, como el hombre más humilde que ha pisado nuestra tierra: “Él, siendo de condición divina, se despojó de su rango y tomó la condición de esclavo,pasando por uno de tantos y se rebajó hasta la muerte y una muerte de cruz”. ¿Cabe decir más de nuestro Señor Jesús, Dios y Hombre verdadero? ¿Y por qué Jesús tomó el camino de la humildad para revelarse a los hombres y salvarlos? ¿No será porque Dios es el Grande?: En Él, no cabe mayor grandeza ni exaltación.Nuestro Dios, es inmenso y nada de nuestra alabanza o adoración lo puede engrandecer, ni un ápice. Por esto, no anheló hacerse igual a Dios, cuando se hizo hombre, pues era Dios. Pero lo que no podía ser por su naturaleza divina: pequeño y pobre, en definitiva, criatura, lo quiso tomar en su naturaleza humana, asumida por el Verbo de Dios.

Así, el hombre no debe compararse con sus semejantes, pues todos son de la misma condición: creados y seres dependientes de Dios en todo. Él, debe compararse siempre con quien lo ha creado, pues, aunque Dios nos hizo con inmenso amor, eso no quita de nuestro ser la fragilidad y la pequeñez.

Y en este trasfondo de luz, parece que resalta la figura de María. Ella, después de su Hijo Jesús, es la criatura más humilde que ha existido. Y esto lo sabemos, porque en su canto de alabanza, “El magníficat”,se dice Ella misma “humilde y pobre”. Su única riqueza, es haber sido “mirada por Dios”, porque al que Dios mira con predilección, le hace humilde, como Dios es humilde. La soberbia, no tiene nada que ver con Dios, y sí con el Maligno que, es soberbio siempre.

En las advertencias que da Jesús, en el banquete del fariseo, sobre “los primeros puestos y los últimos”, lo que quiere resaltar, es que, la humildad agrada a Dios y al tenerla, Él los mira con amor y los ensalza a los primeros puestos: “sube más arriba”. Pero, no sólo es escoger el último lugar, sino elegir como comensales,a los más despreciados de nuestra sociedad: los pobres, lisiados, cojos y ciegos. Ellos, sólo esperan de Dios el remedio a su desvalimiento, porque son ellos los que, en propia carne, saben que hay un Dios que tiene entrañas de misericordia y ésta, se derrite ante los que carecen de bienes, porque su confianza está sola puesta en Dios.

El que ha comprendido este amor al miserable, se pega a Dios para hacer como Él. Y ya en esta vida,saborea que es mirado por el Señor con amor de predilección. Es ya aquí bienaventurado y santo, como Santo es Dios. 

Así pues, busquemos caminos de humildad y no de mayorías, pues en esta atmósfera, “huele a Dios” y los hombres, aún los malos, saben distinguir este aroma que, es más del cielo que, de la tierra. ¡Amén, Amén!

Imprimir Correo electrónico

Gracias a Google, Norton y McAfee, te podemos garantizar que nuestra web, su contenido y los servidores desde donde se proporciona el servicio, son 100% seguros y están verificados. Puedes comprobarlo pinchando en las imágenes de abajo .
navegacion segura googlenavegacion segura nortonnavegacion segura mcafee

ImagenCookies

Hola! ¡Bienvenido a la página web del monasterio de san Blas! Nos encanta verte por aquí y esperamos que este sitio sea un lugar donde puedas encontrarte con Jesucristo Resucitado. Tan sólo queremos pedirte un favor: para mejorar la página y facilitar tu navegación por ella necesitamos que aceptes nuestras cookies. ¡Muchas gracias y oramos por ti!