• 1

NADIE VA AL PADRE, SINO POR MÍ

1 « No se turbe vuestro corazón. Creéis en Dios: creed también en mí.
2 En la casa de mi Padre hay muchas mansiones; si no, os lo habría dicho; porque voy a prepararos un lugar.
3 Y cuando haya ido y os haya preparado un lugar, volveré y os tomaré conmigo, para que donde esté yo estéis también vosotros.
4 Y adonde yo voy sabéis el camino.»
5 Le dice Tomás: «Señor, no sabemos a dónde vas, ¿cómo podemos saber el camino?»
6 Le dice Jesús: «Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida. Nadie va al Padre sino por mí. (Jn. 14. 1-6)

¡Qué gran bondad de Dios que viendo al hombre que, por su naturaleza y condición, no podía nunca llegar a Él, por más que se esforzara, nos envío a su Hijo, Dios con Él, ¡en una carne y naturaleza como la nuestra! “Y así, siendo Él de condición divina, se despojó de su rango y tomó la condición humana, pasando por uno de tantos”... De forma que, siendo hombre, sin dejar de ser Dios, nos pudo hablar de su Padre-Dios en un lenguaje como el nuestro. Pero fue tal esta dignación, que al hombre le costaba creer las cosas tan bellas que Jesús nos hablaba del cielo y de su eternidad con el Padre... ¡Él era “la Escala” increíble que Dios nos tendió desde el cielo!...

Y Jesús nos decía una y otra vez: “!No tengáis miedo ni dudéis, creed en Dios y creer también en mí, porque en la casa de mi Padre, ¡os he preparado una morada!”... “Y de nuevo bajaré desde el cielo y os llevaré conmigo”... “¡Porque donde estoy yo, quiero que también estéis conmigo, todos vosotros, los que habéis creído en Mi y me habéis amado”...

Han pasado muchos siglos y las Palabras de Jesús siguen pareciéndonos increíblemente bellas... Pero Él nos ha asegurado que “el cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán”... Y: “Yo soy el único Mediador entre el cielo y la tierra”... Jesús es la única “senda segura” hacia el Padre. Su cuerpo de Hombre es el único Camino que Dios nos ha regalado… ¿Que esto es increíble?: ¡Claro, porque las acciones y Palabras de Dios distan tanto de nuestro pequeño ser que, se mueve entre las cosas creadas, sirviéndonos de respiración para la vida de nuestro cuerpo, que lo que pasa de aquí es “terreno virgen” para nuestra experiencia! Pero Dios ha querido que transitáramos por estos parajes de la mano segura de Jesús: “El es también la Verdad” que acompaña a los que se han fiado de Él. Y esta Verdad se hace vida en nuestra pequeña historia de hombre...

¡Seamos sencillos, sin inútiles indagaciones y preguntas impertinentes: ¿por qué a mí?... ¿por qué Tú?… ¡Estamos salvados en Jesús y saber y creer esto, nos basta para vivir serenos y recostados en sus Palabras de vida eterna!... Esta, “nuestra vida, es un soplo que pasa”; pero aprovechemos este aliento que, no es cualquier viento, sino nada menos que el soplo del Espíritu que, entrando en toda nuestra vida, nos atrae hacia Sí y nos justifica, haciéndonos santos por sola su gracia...

¡Qué el Señor nos haga creer y amar estos Misterios que son para nosotros como lo son de Dios, de Quién proceden... ¡Que así se haga en mí, Señor, por tu gran misericordia!...

Imprimir Correo electrónico

Gracias a Google, Norton y McAfee, te podemos garantizar que nuestra web, su contenido y los servidores desde donde se proporciona el servicio, son 100% seguros y están verificados. Puedes comprobarlo pinchando en las imágenes de abajo .
navegacion segura googlenavegacion segura nortonnavegacion segura mcafee

ImagenCookies

Hola! ¡Bienvenido a la página web del monasterio de san Blas! Nos encanta verte por aquí y esperamos que este sitio sea un lugar donde puedas encontrarte con Jesucristo Resucitado. Tan sólo queremos pedirte un favor: para mejorar la página y facilitar tu navegación por ella necesitamos que aceptes nuestras cookies. ¡Muchas gracias y oramos por ti!