• 1

JESÚS LOS ENVIÓ A PREDICAR

7 Y llama a los Doce y comenzó a enviarlos de dos en dos, dándoles poder sobre los espíritus inmundos.
8 Les ordenó que nada tomasen para el camino, fuera de un bastón: ni pan, ni alforja, ni calderilla en la faja;
9 sino: «Calzados con sandalias y no vistáis dos túnicas.»
10 Y les dijo: «Cuando entréis en una casa, quedaos en ella hasta marchar de allí.
11 Si algún lugar no os recibe y no os escuchan, marchaos de allí sacudiendo el polvo de la planta de vuestros pies, en testimonio contra ellos.»
12 Y, yéndose de allí, predicaron que se convirtieran;
13 expulsaban a muchos demonios, y ungían con aceite a muchos enfermos y los curaban. (Mc. 6, 7-13)

Jesús, antes de volver al Padre, de donde había salido, “dio dones a los hombres”. ¿Y qué dones?: los invistió a sus Apóstoles de sus propios poderes: el poder sobre los malos espíritus que vagan por el mundo, para la perdición de las almas; El poder de curar, en Nombre de Jesús, toda enfermedad y dolencia; Y, sobre todo, el perdonar los pecados, algo que sólo corresponde a Dios... ¡Los hombres, prolongan la presencia de Jesús sobre la tierra: son otros Cristos buenos y salvadores!...

Así, en vida, “Jesús los fue enviando de dos en dos” para ésta “su tarea” ...Sólo les pidió que llevarán, también en sus cuerpos, la semejanza de Él mismo, que “no tenía donde reclinar su cabeza” y vino como “servidor de todos”, en gran pobreza y desprendimiento de los bienes de este mundo. Como “forasteros en tierra extraña y como peregrinos”, porque su Patria es el Cielo y se mueven entre los hombres para alcanzar, con su trabajo y entrega, está meta. “Sólo con un bastón y unas sandalias” y lo demás, al amparo de la Providencia de Dios, que los cuidará y proveerá de lo necesario... Todo, en total abandono en Aquél que los envía y conoce cada uno de los pasos de sus discípulos…

Van de acá para allá predicando la conversión a Dios, dándoles su perdón, cuando se arrepienten de su vida anterior y recibiendo “el óleo de la alegría” que les hace ser unos “hombres nuevos” ... Éstos son los ministros fieles de Dios, que no saben sino servir a sus hermanos y ofrecerles el amor de Dios porque ya no son siervos, sino hijos queridos, que gozan anticipadamente las delicias del Reino de los Cielos...

¡Pero todo cristiano es apóstol de Jesús! ¡Todos somos enviados, porque el bautismo nos ha sellado para que no tengamos “otro trabajo”! “Entretenemos” nuestro tiempo con tareas profanas, para ganarnos el pan, porque “el que no trabaja, que no coma" como dice el Apóstol a sus fieles. Esto, viene muy bien para el equilibrio humano... Pero nuestra verdadera “ocupación”, de la que no podemos desertar, es el anuncio del Nombre de Jesús, su Misterio Pascual, la atención a los pobres y necesitados, y todo por Amor y con Amor, que para algo recibimos el Espíritu de Jesús el día de nuestro bautismo: la investidura del cristiano...

“Ya comamos, ya bebamos o hagamos cualquier otra cosa, todo lo haremos para gloria de Dios”, porque ello nos va santificando, es decir, nos va abriendo las puertas del Paraíso que ha sido prometido a los que creen en Jesús y sus obras los acompañan...

¡Seamos fieles embajadores de la gracia de Dios, que no desea otra cosa sino “que todos los hombres se salven y lleguen al conocimiento de la Verdad”, que es Jesús mismo!...
¡Qué así se haga en nosotros!...

Imprimir Correo electrónico

Gracias a Google, Norton y McAfee, te podemos garantizar que nuestra web, su contenido y los servidores desde donde se proporciona el servicio, son 100% seguros y están verificados. Puedes comprobarlo pinchando en las imágenes de abajo .
navegacion segura googlenavegacion segura nortonnavegacion segura mcafee

ImagenCookies

Hola! ¡Bienvenido a la página web del monasterio de san Blas! Nos encanta verte por aquí y esperamos que este sitio sea un lugar donde puedas encontrarte con Jesucristo Resucitado. Tan sólo queremos pedirte un favor: para mejorar la página y facilitar tu navegación por ella necesitamos que aceptes nuestras cookies. ¡Muchas gracias y oramos por ti!