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INCERTIDUMBRE DEL JUICIO, NECESIDAD DE VELAR

37 « Como en los días de Noé, así será la venida del Hijo del hombre.


38 Porque como en los días que precedieron al diluvio, comían, bebían, tomaban mujer o marido, hasta el día en que
entró Noé en el arca,
39 y no se dieron cuenta hasta que vino el diluvio y los arrastró a todos, así será también la venida del Hijo del
hombre.
40 Entonces, estarán dos en el campo: uno es tomado, el otro dejado;
41 dos mujeres moliendo en el molino: una es tomada, la otra dejada.
42 « Velad, pues, porque no sabéis qué día vendrá vuestro Señor.
43 Entendedlo bien: si el dueño de casa supiese a qué hora de la noche iba a venir el ladrón, estaría en vela y no
permitiría que le horadasen su casa.
44 Por eso, también vosotros estad preparados, porque en el momento que no penséis, vendrá el Hijo del hombre (Mt
24, 37-44)

Comienza este Evangelio de Mateo diciendo: “Dijo Jesús a sus discípulos”. Su Palabra es la Verdad y les
explica lo que sucederá en el mundo con su “Tercera Venida”, la que todavía no ha ocurrido, la que
esperamos “los que tenemos amor a su Venida”.

La “Primera Venida” se realizó cuándo Jesús nació en Belén de Judá, haciéndose hombre. Su “Segunda
Venida”, según los Santos Padres, es la que se realiza cada día y cada instante en el corazón y vida de los
hombres; y en la “Tercera Venida”, “vendrá a juzgar a los vivos y los muertos”, como reza el Credo,
apoyado en la Palabra de Jesús, en los Evangelios. De ésta es de la que habla Jesús en ellos…

Siempre pasará lo mismo mientras el hombre esté sobre la tierra: muchos no estarán despiertos para las
cosas de Dios, sino que entretendrán su tiempo con cosas humanas: comer, beber, distraerse, tomar mujer
y marido, etc. etc… Todo esto es bueno, pero no es lo importante, así que debe de pasar a un segundo
plano en nuestro orden de valores: “Buscad lo primero el Reino de Dios y su Justicia y lo demás se os dará
por añadidura”. Y así instruía el Señor a uno de sus santos: “Tú ocúpate de mi gloria, que yo me ocuparé
de tus cosas”…

Hacer esto es imposible si el Señor no pone su mano en nuestra vida y nos hace ver el mundo y las cosas
como Dios se las ve, dejando de mirar con nuestros ojos miopes… Sólo una exhortación nos hace el Señor:
“¡Estad en vela!”… “¡Estad preparados!” para cuando venga el Señor a nuestra vida, para que una vez
llame a nuestra conciencia le abramos con presteza; y, o no reconozcamos su voz y quedemos mudos a sus
gritos de Amor, o miremos para otro lado, sosteniendo la indiferencia a su inmensa Luz, que nos
deslumbrará… ¡Porque, en verdad vendrá y aturdirá nuestros oídos; y alumbrará nuestros ojos con tanta
luz; y querrá deleitarnos con el buen sabor y el buen olor de Cristo; también el tacto de su Mano Poderosa,
que ha creado los mundos, se apretará sobre nuestro pobre hombrecillo para que sintamos cómo ama
nuestras carne enferma, que viene a resucitar y a llevar consigo de dónde salió en la aurora de los
tiempos!… ¡Y todo en su Amor y por Amor!…

¡No nos pide más que confiemos y nos abandonemos a Él!…
¡Que así se haga en nosotros!...

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ESCUCHAR A LA PALABRA ES DAR EL CIENTO POR UNO

ESCUCHAR A LA PALABRA ES DAR EL CIENTO POR UNO

1 Y otra vez se puso a enseñar a orillas del mar. Y se reunió tanta gente junto a él que hubo de subir a una barca y, ya en el mar, se sentó; toda la gente estaba en tierra a la orilla del mar.  

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