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LAS SEÑALES DEL TIEMPO

54 Decía también a la gente: « Cuando veis una nube que se levanta en el occidente, al momento decís: "Va a llover", y así sucede.
55 Y cuando sopla el sur, decís: "Viene bochorno", y así sucede.
56 ¡Hipócritas! Sabéis explorar el aspecto de la tierra y del cielo, ¿cómo no exploráis, pues, este tiempo?
57 « ¿Por qué no juzgáis por vosotros mismos lo que es justo?
58 Cuando vayas con tu adversario al magistrado, procura en el camino arreglarte con él, no sea que te arrastre ante el juez, y el juez te entregue al alguacil y el alguacil te meta en la cárcel.
59 Te digo que no saldrás de allí hasta que no hayas pagado el último céntimo.

Jesús, en su tiempo, supo decir a sus contemporáneos la sagacidad y ciencia a la que habían llegado para descubrir los cambios climáticos y sus consecuencias: frío, calor, lluvia, viento… Hoy hemos llegado a cotas muy altas en saber qué tiempo va a hacer en cualquier punto del planeta, así como detectar un temblor de tierra o un ciclón, etc… Jesús, si viviera hoy, hablaría entre nosotros de estas cosas, pero su Palabra no sería menos incisiva, pues seguiría llamándonos “hipócritas” porque sabemos mucho de la naturaleza, pero no estudiamos tanto su Palabra que nos habla de amor y de perdón y de ayuda a los pobres y necesitados…

Hoy también nos acusaría de que ante los “signos de los tiempos”, no sabemos descubrir el momento de su venida, la visita que hoy nos hace pasando entre nosotros a través de sus verdaderos profetas. Y siempre se les conoce porque nos hablan infaliblemente de conversión al amor y a su gracia que está continuamente “llamando a la puerta de nuestro corazón para que le abramos y cenemos con Él y Él con nosotros”. Y esta cena es comunión de Vida con Jesús para que se cumpla su deseo de que todos seamos uno, con Él y con el Padre, en el Amor del Espíritu Santo…

¿Es tan complicado que los cristianos nos sentemos en actitud orante para que Jesús nos diga qué nos falta para asemejarnos a Él?... ¿Será quizás el desprendimiento de algo dañino?, ¿o puede ser que sea algo inútil?, ¿o atender a un necesitado que me reclama ayuda?, ¿o escuchar su llamada que me envía a ésta o aquella misión?...

En el hoy y el ahora está Jesús hablando a los corazones y quiere que escuchemos, que oigamos su Palabra con oídos atentos y pies ligeros para ir a donde nos mande. Esta obediencia a su voz será nuestra salvación porque “ahora” es el tiempo de nuestra decisión: “o con Jesús o en contra de Él”…

¡Señor, abre nuestros oídos y nuestra vida, cura nuestra sordera y haznos dóciles a tu Amor y Misericordia!
¡Envía el colirio de la fe a nuestros ojos para que veamos y creamos en Ti!

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