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MULTIPLICACIÓN DE LOS PANES

13 Al oírlo Jesús, se retiró de allí en una barca, aparte, a un lugar solitario. En cuanto lo supieron las gentes, salieron tras él viniendo a pie de las ciudades.
14 Al desembarcar, vio mucha gente, sintió compasión de ellos y curó a sus enfermos.
15 Al atardecer se le acercaron los discípulos diciendo: « El lugar está deshabitado, y la hora es ya pasada. Despide, pues, a la gente, para que vayan a los pueblos y se compren comida. »
16 Mas Jesús les dijo: « No tienen por qué marcharse; dadles vosotros de comer. »
17 Dícenle ellos: « No tenemos aquí más que cinco panes y dos peces. »
18 El dijo: « Traédmelos acá. »
19 Y ordenó a la gente reclinarse sobre la hierba; tomó luego los cinco panes y los dos peces, y levantando los ojos al cielo, pronunció la bendición y, partiendo los panes, se los dio a los discípulos y los discípulos a la gente.
20 Comieron todos y se saciaron, y recogieron de los trozos sobrantes doce canastos llenos.
21 Y los que habían comido eran unos 5.000 hombres, sin contar mujeres y niños. (Mt. 14, 13-21

Al oír Jesús lo acontecido a Juan, su primo, se entristeció sobremanera y necesitaba estar solo y orar, hablar con su Padre-Dios de este hecho tan luctuoso y violento. Le recordó que El moriría también de muerte violenta, Él, que sólo sabía de verdad y de amor. En un lugar solitario desahogaría su corazón y lloraría con llanto muy penoso, por el pecado de los hombres, a quienes tanto amaba…

Pero las multitudes no respetan su intimidad y su dolor. Lo necesitan para curar sus enfermedades y escuchar sus palabras de vida eterna. Hasta se olvidaron de traer el pan material. Y Jesús siente lástima de esta multitud que le busca y les da de comer, multiplica el pan como había multiplicado sus milagros y su palabra.

Jesús siente compasión y remedia las necesidades de sus hermanos, los hombres, su misericordia le hace olvidarse de Sí. ¡Qué gran misterio el que Jesús se conmueva en su corazón ante la pobreza humana… ¿Es así me compasión? Cuando veo a un hermano pobre, ¿“siento lástima de él o pasó de largo dejándolo masticar su miseria”?. Porque el pobre siempre va desarropado, a veces de educación, de modales, otras de muchos pecados, de mirarse a sí mismo, pobre hasta las raíces…

¡Que me conmueva, Jesús, tu Espíritu, para olvidarme de mí y entregarles a mis hermanos todo lo que sólo es tuyo. El amor y la compasión!

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ESCUCHAR A LA PALABRA ES DAR EL CIENTO POR UNO

ESCUCHAR A LA PALABRA ES DAR EL CIENTO POR UNO

1 Y otra vez se puso a enseñar a orillas del mar. Y se reunió tanta gente junto a él que hubo de subir a una barca y, ya en el mar, se sentó; toda la gente estaba en tierra a la orilla del mar.  

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