• 1

BIENAVENTURADO QUIEN NO SE ESCANDALICE DE MÍ

2 Juan, que en la cárcel había oído hablar de las obras de Cristo, envió a sus discípulos a decirle: 

3 « ¿Eres tú el que ha de venir, o debemos esperar a otro? » 

4 Jesús les respondió: «Id y contad a Juan lo que oís y veis: 

5 los ciegos ven y los cojos andan, los leprosos quedan limpios y los sordos oyen, los muertos resucitan y se anuncia a los pobres la Buena Nueva; 

6 ¡y dichoso aquel que no halle escándalo en mí!» 

7 Cuando éstos se marchaban, se puso Jesús a hablar de Juan a la gente: «¿Qué salisteis a ver en el desierto? ¿Una caña agitada por el viento? 

8 ¿Qué salisteis a ver, si no? ¿Un hombre elegantemente vestido? ¡No! Los que visten con elegancia están en los palacios de los reyes. 

9 Entonces ¿a qué salisteis? ¿A ver un profeta? Sí, os digo, y más que un profeta. 

10 Este es de quien está escrito: He aquí que yo envío mi mensajero delante de ti, que preparará por delante tu camino. 

11 « En verdad os digo que no ha surgido entre los nacidos de mujer uno mayor que Juan el Bautista; sin embargo, el más pequeño en el Reino de los Cielos es mayor que él (Mt. 11, 2-11) 

 

Juan, está en la cárcel encadenado. Él sabe en su interior que su vida llega a su fin. Muestras le ha dado Dios de que su Hijo Jesús, es el Mesías esperado. Él mismo, lo bautizó en el Jordán y vio abrirse el cielo con una voz bien precisa de lo alto: “Éste es mi Hijo el Amado, escuchadle”. Y, sin embargo, en esos días de soledad y silencio de Dios, en la cárcel, también el Enemigo se acercó en su oscuridad, y le insinuó:“Éste, no es el Mesías de Dios, quizás sea otro que está por venir”. Juan,se siente agobiado por estas voces que lo acosan en la misma cárcel. Entonces acudió a sus hermanos para que fueran directamente a preguntar a Jesús, por su identidad.

Y Jesús, no les responde con palabras, sino con sus obras: “Los cojos, los ciegos, los leprosos, etc. todo son curados y, los pobres son evangelizados”. Y añade una frase para Juan, que le haría pensar y mucho: “Y bienaventurado quien no se escandalice de mí”.

Sí, Juan se agarró fuertemente a esta Palabra de Jesús que, le iba directa al corazón. Y, con esto, su  alma descansó y, optó con la gracia, por confesar a Jesús, el Mesías, hasta la muerte.

Juan, no se escandalizó de un Mesías Rey que, siendo pobre, estaba salvando a su pueblo Israel y, a todos los pueblos de la tierra. Porque, escándalo para la mente es ver frustradas sus esperanzas en lo que uno imaginaba que salvaría a sus hermanos, apareciendo como un rey que,llega aplastando a los hombres. Al contrario, Juan recordó con amor y cumplidas sus expectativas al rememorar el texto luminoso de Isaíasque, además, lo anuncia, como el Cordero manso de Dios que, borra todos nuestros pecados en su Pasión y Muerte.

Y ante esta confesión silenciosa, a su favor, Jesús, es ahora, quien ensalza ante todos a Juan, llamándole como “el hombre más grande nacido de mujer”.

Hoy, a nosotros, Juan nos está interpelando nuestra fe y abandonó en las manos de Dios cuando nos toque confesar también a Jesús en nuestras dolencias y sufrimientos. ¡Cómo Juan, cultivemos también nosotros el silencio interior y una fe que mueva las montañas! ¡Seamos como él de pocas palabras y muchas obras de Dios que, confiesan a Jesús como El Salvador esperado y acogido!

¡Juan Bautista, enséñanos de parte de Dios y, con su gracia, a distinguir al verdadero Enviado de Dios de todos esos mesías falsos, que hoy nos ofrece el mundo! ¡Ellos, son charlatanes y maestros de la mentira!¡Dios, y, Señor mío ¡dame el don de discernimiento de espíritus y todo será para nuestra salvación y tu mayor gloria! ¡Qué así sea! ¡Amén! ¡Amén!

Imprimir Correo electrónico

ESCUCHAR A LA PALABRA ES DAR EL CIENTO POR UNO

ESCUCHAR A LA PALABRA ES DAR EL CIENTO POR UNO

1 Y otra vez se puso a enseñar a orillas del mar. Y se reunió tanta gente junto a él que hubo de subir a una barca y, ya en el mar, se sentó; toda la gente estaba en tierra a la orilla del mar.  

CONTINUAR LEYENDO

Gracias a Google, Norton y McAfee, te podemos garantizar que nuestra web, su contenido y los servidores desde donde se proporciona el servicio, son 100% seguros y están verificados. Puedes comprobarlo pinchando en las imágenes de abajo .
navegacion segura googlenavegacion segura nortonnavegacion segura mcafee

ImagenCookies

Hola! ¡Bienvenido a la página web del monasterio de san Blas! Nos encanta verte por aquí y esperamos que este sitio sea un lugar donde puedas encontrarte con Jesucristo Resucitado. Tan sólo queremos pedirte un favor: para mejorar la página y facilitar tu navegación por ella necesitamos que aceptes nuestras cookies. ¡Muchas gracias y oramos por ti!