• 1

JESÚS LAVA LOS PIES A LOS DISCÍPULOS, JUEVES SANTO

1 Antes de la fiesta de la Pascua, sabiendo Jesús que había llegado su hora de pasar de este mundo al Padre, habiendo amado a los suyos que estaban en el mundo, los amó hasta el extremo.
4 se levanta de la mesa, se quita sus vestidos y, tomando una toalla, se la ciñó.
5 Luego echa agua en un lebrillo y se puso a lavar los pies de los discípulos y a secárselos con la toalla con que estaba ceñido.
6 Llega a Simón Pedro; éste le dice: « Señor, ¿tú lavarme a mí los pies? »
7 Jesús le respondió: « Lo que yo hago, tú no lo entiendes ahora: lo comprenderás más tarde. »
8 Le dice Pedro: « No me lavarás los pies jamás. » Jesús le respondió: « Si no te lavo, no tienes parte conmigo. »
9 Le dice Simón Pedro: « Señor, no sólo los pies, sino hasta las manos y la cabeza. »
10 Jesús le dice: « El que se ha bañado, no necesita lavarse; está del todo limpio. Y vosotros estáis limpios, aunque no todos. »
11 Sabía quién le iba a entregar, y por eso dijo: « No estáis limpios todos. »
12 Después que les lavó los pies, tomó sus vestidos, volvió a la mesa, y les dijo: « ¿Comprendéis lo que he hecho con vosotros?
13 Vosotros me llamáis "el Maestro" y "el Señor", y decís bien, porque lo soy.
14 Pues si yo, el Señor y el Maestro, os he lavado los pies, vosotros también debéis lavaros los pies unos a otros.
15 Porque os he dado ejemplo, para que también vosotros hagáis como yo he hecho con vosotros. (Jn. 13, 1.14-15)

Jesús, antes de pasar de este mundo al Padre, hace un gesto, que es real y no virtual o sólo de palabra. Muchas Palabras les había dicho a sus discípulos, pero ha llegado el momento de hablar poco y hacer mucho: “Se levanta”… “se ciñe”… “coge una jofaina con agua y se arrodilla ante cada uno de sus discípulos para lavarles los pies” llenos de polvo del camino… Era oficio de esclavos… Los esclavos no hablaban mientras cumplían este servicio humilde. ¡Y así hizo Jesús: en silencio sirvió, limpiando a los que amaba!…

Pedro debió de ser el primero al que abordó Jesús y sabemos de sus reticencias a dejarse hacer desde abajo: él pensó que esta actitud no le cuadraba bien al Maestro y protesta… ¿Es que no sabe todavía Pedro que Jesús le rompía siempre todos los esquemas?... ¡Pues no, no lo sabía, porque hasta que Jesús no resucitó y sus mentes y corazones fueron llenos del Espíritu Santo, no entendían muchas cosas y Palabras de Jesús!… Y siempre el Señor corta tajantemente estas reconvenciones: “¡Si no te lavo los pies, no tienes parte conmigo!”… ¡Esta frase de Jesús, le ha tocado el corazón a Pedro!: ¡Tener parte con Jesús!... ¡Pertenecerle, estar siempre con Él, comer en su mismo plato!... ¡Contemplar su gloria!... ¡Todo, menos quitarle esto y todo lo que a Pedro se le ocurría, desde su amor a su Señor: ¡Su Maestro y su Dios!... “Si es así, Tú mandas, aunque no entienda… ¡No sólo los pies, sino también las manos y la cabeza!… ¡No dejes fuera nada de mi persona!… ¡Todo yo quiero ser lavado por tu Espíritu!... Y Jesús le asegura que ya está limpio todo y el lavarle a él y a los discípulos los pies es para darles ejemplo, para que se les grabe que deben hacerse esto unos a otros. Eso es ser su discípulo y “tener parte con Él”...

Esta última cena de Jesús con los suyos fue de grandes enseñanzas y mandatos: era su Testamento vivo a los que Jesús amaba: esto tenían que transmitir a los que creyeran después en Jesús. Y la primera enseñanza es que si Dios, ¡se ha abajado tanto, tanto, no pide menos a los que quieran seguirle!: que se humillen, que se anonaden con Jesús y que tomen su cruz…

Después, está el Mandamiento del Amor: “Amaos como yo os he amado”, hasta dar la vida en un acto de Amor… Y por último, la concreción de su Amor en la entrega de su Cuerpo y Sangre, para que lo coman y lo beban y alimenten su espíritu con este Pan y este Vino… ¡Todo Jesús, invade a los creyentes y se perpetúa en su Iglesia hasta el final de los tiempos…! Es este un gran Misterio que nunca mente humana pudo concebir, porque es Misterio de Dios, que es Amor! y por tanto, ¡sin medida, excesivo!…

¡Estemos en estos días en una adoración, tan continuada, como nos lo permita nuestra fragilidad y el Amor del Espíritu Santo que desea derramarse en todos los corazones si somos dóciles y lo escuchamos!…

¡No es cuestión de entender mucho, sino de amar mucho y bendecir y alabar a nuestro Dios, que es todo Don y Amor desbordado!…

Imprimir Correo electrónico

Gracias a Google, Norton y McAfee, te podemos garantizar que nuestra web, su contenido y los servidores desde donde se proporciona el servicio, son 100% seguros y están verificados. Puedes comprobarlo pinchando en las imágenes de abajo .
navegacion segura googlenavegacion segura nortonnavegacion segura mcafee

ImagenCookies

Hola! ¡Bienvenido a la página web del monasterio de san Blas! Nos encanta verte por aquí y esperamos que este sitio sea un lugar donde puedas encontrarte con Jesucristo Resucitado. Tan sólo queremos pedirte un favor: para mejorar la página y facilitar tu navegación por ella necesitamos que aceptes nuestras cookies. ¡Muchas gracias y oramos por ti!