Hoy el reto del amor es frenar un ratito y responderte: ¿quién soy yo para Dios, para Jesús que ha dado su vida por mí, para el Espíritu Santo que es Señor y dador de vida?

Buenos dias, hoy sor Maria Jesus nos lleva al Señor que pases un feliz día.

¿QUIÉN ES DIOS PARA MÍ?

Una cosa es tener los membrillos recolectados y otra llegar al dulce o carne de membrillo.

Y en todo el Señor nos instruye.

Algunas hermanas se ofrecieron para ayudarme en el proceso que, según las indicaciones de la receta, había que seguir: limpiarlos bien, cortarlos para sacar las semillas y la parte más dura que las recubre…

Comentamos por qué, si huelen tan bien y están maduros, no se comen al natural. No es lo normal comerlos así y… nos dispusimos a probarlos.

Aunque el sabor es aceptable, la textura era áspera y poco agradable… realmente necesitaban seguir el proceso.

Así que lo siguiente era ponerlos toda la noche en una cazuela a macerar con el peso proporcionado de azúcar.

Macerarlos, un tiempo largo de transformación ayudados por el azúcar. Por la mañana habían reducido el tamaño, tenían una buena parte de líquido y esperaban el calor del fuego para continuar su proceso.

Jesús nos ha dicho: “Esta es la obra que Dios quiere, que creáis en el que Él ha enviado”.

Esta fe en el Señor es la gracia que, como el azúcar, nos irá transformando, sacando lo mejor de cada uno, reduciendo las asperezas…

La GRACIA es recibir a Jesús, recibir la dulzura de Jesús y dejarse hacer. Dejar que actúe en nuestra vida en ese tiempo de maceración.