Hoy, el reto del amor es perseverar en lo nuestro, buscando por dónde se va a manifestar Cristo en mí
Hola, buenos días, hoy Israel nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.
MÁS ALLÁ DE LA ILUSIÓN
Aprovechando uno de estos días, salí a mi jardín con el rastrillo en la mano para intentar quitar la hierba seca y tratar de alisar un poco el terreno.
Comencé a rastrillar con mucha ilusión por adecentar aquella zona, pero avanzaba muy despacio. A los pocos metros, la herramienta ya comenzaba a incomodarme; parecía que cada vez pesaba más y el trabajo me resultaba más duro. En ese momento, la ilusión del principio pasó a un segundo plano: dejó de ser el motor que me movía a hacerlo. Sin embargo, sabía bien que tenía que continuar y, gracias a Dios, así lo hice hasta dar al menos una primera vuelta.
Por la tarde, en la oración, le daba vueltas a aquel acontecimiento, y entonces fue cuando el Señor me regaló ponerle palabras: cuando somos jóvenes, nos da miedo que desaparezca la ilusión; fundamentamos inconscientemente en ella gran parte de nuestros actos. Y, sin embargo, esta es solo un motor incipiente que necesita madurar en un amor que va mucho más allá: en una entrega total de sí.
Cuando la ilusión queda atrás, es momento no de echarse atrás y rendirse, sino, por el contrario, de descubrir el verdadero motor que da sentido a toda una vida. Lo que sucede es que no lo descubriremos en un instante, sino que hemos de continuar “rastrillando” nuestro huerto, porque es ahí donde buscaremos de verdad. Es ahí donde se nos revela Cristo: en nuestra pequeña realidad, en nuestra cueva de Belén, en nuestra casa de Nazaret, en nuestra cruz de cada día, en nuestro corazón cerrado como su sepulcro… Si perseveramos, es ahí donde Él mismo saldrá a nuestro encuentro, donde cada día nos va haciendo descubrir el sentido auténtico de la vida y donde se pone en marcha el motor que nos impulsa a entregarnos como Él.
Hoy, el reto del amor es perseverar en lo nuestro, buscando por dónde se va a manifestar Cristo en mí. Es tiempo de no rendirse. Él nos espera en nuestro huerto, porque es ahí donde se va a manifestar.
VIVE DE CRISTO
¡Feliz día!
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