Hoy el reto del amor es poner en el centro de tu vida a Cristo
Hola, buenos días, hoy Israel nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.
EL CENTRO DE TODO
El sábado pasado, al atravesar el claustro, me crucé con sor Carmen, que es la encargada de mantener limpio el mismo. Así que, al verla entre mopas y plumeros, le pregunté si necesitaba ayuda. Ella, con su característica alegría, me respondió agradecida:
-Muchas gracias, pero creo que hoy no hace falta.
-¡La verdad es que lo tienes limpísimo! Con ese pozo tan bonito y cuidado... todo lo demás pasa desapercibido.
Y es que era tal cual: yo no me había fijado si el suelo estaba sucio, o si los bancos tenían polvo. Al pasar por allí, en lo que realmente te fijas es en el centro del claustro. Está tan bonito con un jazmín florecido enredado entre su polea, y con el color de la piedra, el verde de la hoja y el olor a jazmín que hay al pasar... ¡no te detienes en otra cosa!
Así que al final nos acabamos riendo:
-Esto es como la vida misma: mantén bonito y cuidado el centro de tu vida, y todo lo demás pasará más desapercibido.
Y qué cierto era el ejemplo, porque cuántas veces nosotros nos detenemos en tratar de “limpiar” nuestras pobrezas, de que no se vean nuestras limitaciones, y, sin embargo, siempre las tendremos. Pero lo que realmente llama la atención en una persona es cuando esta abre su interior y muestra lo que hay en su corazón, cuando tiene su vida centrada en el Señor, y deja salir afuera esa vivencia que irradia luz y vida hacia los que pasan a su lado. Llama la atención la persona que transmite la Paz que inunda su interior, o la alegría serena que brota del corazón.
En el fondo todo depende de a lo que nosotros mismos le demos más importancia. Mantén bonito el centro de tu vida y todo lo demás pasará a un segundo plano.
Hoy el reto del amor es poner en el centro de tu vida a Cristo. Cuando solo nos fijamos en nuestras cosas, estamos haciendo de ellas el centro de nuestra mente, de nuestro tiempo, de nuestro corazón... Pero realmente solo Él es quien puede sacar todo el potencial que hay en ti, porque Él mismo lo ha puesto ahí. Él es como ese pozo del que sale la Gracia para vivir cada día, la Alegría para hacer felices a los demás, la Paz de un interior serenado... Tu felicidad tiene un nombre: Cristo
VIVE DE CRISTO
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¡Feliz día!
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