Hoy el reto del amor es recordarme, una y otra vez, dónde fundamentar mi alegría
Hola, buenos días, hoy Israel nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.
¿Y LOS DÍAS MALOS?
Cuando llego a la oración de la tarde después de un día redondo… ¡qué gozada! Del corazón solo brota la alabanza porque estoy alegre, porque me siento satisfecha de lo que he podido hacer durante ese día, y solo puedo darle gracias al Señor y alabarlo por regalarme tanto.


