Hola, buenos días, hoy Sión nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.
Como te comenté, el otro día fui al dentista. Tras revisarme, me dijo que lo único que tenía era sarro. Así que, sin pensarlo siquiera, agarró los aparatos y se puso a ello.
Hola, buenos días, hoy Israel nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.
Desde hace unas semanas, las dos sacristanas nos hemos planteado un reto. Se trataba de unos armarios muy destartalados que necesitábamos ordenar para guardar nuevas cosas.
Hola, buenos días, hoy Lety nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.
Hace unos días, me hicieron una resonancia magnética del tobillo. Tuve una caída y al finalizar la rehabilitación, el médico quería ver cómo había quedado. Cuando llegué, un enfermero me dio instrucciones muy claras y me invitó a tumbarme para introducirme en un túnel. Me dio unos tapones y me dijo que el aparato hacía mucho ruido, por lo tanto, era mejor ponérmelos.
Hola, buenos días, hoy Joane nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.
Encontré un pequeño radiador eléctrico, probé a ponerlo en marcha y no funcionaba: ni calentaba, ni se encendía la luz del piloto. Una hermana me dijo que estaba para tirar. ¿Para tirar? Entonces, ¡no había nada que perder!
Hola, buenos días, hoy Lety nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.
Ayer estuve arreglando las vitrinas que tenemos en el portal donde está expuesto nuestro trabajo. La verdad es que me daba mucha pereza, pero había que poner todo lo de Primera Comunión. Se lo comenté a una amiga y me animó, me dijo: “No mires el trabajo que te va a llevar, mira a la meta y camina”. Esto me animó mucho y cuando acabé, me alegré mucho del trabajo. Todo había quedado muy bonito y me di cuenta de lo importante que es cuidar las vitrinas. Son la ventana de la tienda y de nuestro trabajo, donde las personas se asoman y después llaman para entrar.
