Hola, buenos días, hoy Lety nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.
Anoche celebramos la Vigilia Pascual y me impresionó mucho una parte de ella:
Al principio, cuando toda la iglesia estaba de noche, oscura, empezaron encendiendo un fuego, y de él encendieron el Cirio Pascual.
Hola, buenos días. Hoy nadie nos lleva al Señor, pues Cristo ha muerto, está en el sepulcro.
Hola, buenos días, hoy Lety nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.
Cuando una persona a la que queremos está enferma y nos entrega algo de mucho valor para ella, solemos tenerlo muy en cuenta y lo guardamos como un tesoro. Pero, si esa persona está en el momento de morir, sus últimas palabras tienen un valor incalculable; lo que nos dice lo guardamos en nuestro corazón y lo llevamos a cabo.
Hola, buenos días, hoy Joane nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.
Todos los años, el día de Jueves Santo hay una celebración muy especial en la Comunidad. La Priora, se ciñe la cintura y, una a una, nos lava los pies y las manos; después los seca, los besa.
Hola, buenos días, hoy Israel nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.
Cada año en Semana Santa, ante el monumento donde se reserva al Señor poníamos un cesto vacío y otro al lado lleno de velas. Siempre ha entrado bastante gente, pero muchos de ellos iban más en plan turismo, hasta hace un par de años, en que pusimos atrás unos papeles y bolis con una invitación: “Si tienes 5 minutos... ¡esto es para ti!”, con el que retábamos a todo el que entrase a que se detuviera por unos instantes y, mediante ese breve recurso para orar, les íbamos invitando paso a paso a entregar al Señor todo lo que llevaban en el corazón, a escribirlo y depositarlo en el cesto y a prender una vela, como signo de que, aunque ellos volvieran a sus casas, su deseo fuera que aquella oración permaneciese ante el Señor.
