Hola, buenos días, hoy Israel nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.
Aquella mañana tuve que pasarme rápidamente por la cocina para preparar el desayuno, pero, claro, iba vestida con el hábito y, con las prisas, ni me di cuenta de que un pegote muy, muy pegajoso había caído en mi zapato.
Hola, buenos días, hoy Sión nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.
Aunque cada día se va notando que anochece más tarde, si sales a la huerta a última hora, todavía está oscuro.
Hola, buenos días, hoy Joane nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.
En el Monasterio no hay espejos, bueno, solo hay uno en la ropería . En concreto, en la puerta de un armario. Es un espejo en el que nadie se mira porque lo que deforma la imagen: te ves ancha y muy bajita. Me recuerda a los espejos del parque de atracciones.
Hola, buenos días, hoy Israel nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.
Ayer fue el cumple de sor Carmen, mi compañera de oraciones. Y, como regalo final, le entregué aquel proyecto para su belén que empezó siendo un molino, y terminó siendo una pequeña plaza con dos tiendas, un camino y el molino.
Hola, buenos días, hoy Lety nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.
Ayer estuvo todo el día lloviendo. Me asomaba por la ventana y, sacando la mano, notaba una lluvia fina, muy suave, pero muy fina... mojaba, pero poco a poco. Por la tarde, cuando salí a la huerta, pude comprobar que, en el jardín, la tierra estaba empapada, que sí había calado la lluvia.
