Buenos días, hoy Matilde nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.
“MI ALMA, ESTÁ SEDIENTA DE TI, DIOS MÍO”
En los lavabos del convento, solemos tener unos dosificadores con jabón de manos que, vamos rellenando con un bidón grande de gel que, la procuradora compra a granel. Esta mañana, quise rellenar el recipiente y como salía tan espeso y a goterones grandes, se derramaba todo fuera y rebosaba, y casi no se llenaba de jabón, así que paré en la tarea y me dije: “¡así no puedo hacerlo!”. Y de repente, me vino a la cabeza ¡un embudo!. Fui a la cocina y probé con esto y ¡oh maravilla, el jabón que abundaba en lo alto de la boca, se iba filtrando poco a poco y sin interrupción por el cuello del embudo, y se coló hasta llenar el dosificador!.