AHORA QUE VAS A DESCANSAR, ¡ABANDÓNATE EN SUS MANOS!

Este mes tendría que llamarse “el deseado” ya que muchos esperan que llegue el mes de agosto para descansar. Espero que estas líneas sirvan para que ese descanso sea también interior. Voy a escribir sobre el abandono en manos de Dios.

Todos necesitamos descansar, pero un descanso de todo el Ser. Cristo, viendo nuestra necesidad dijo: “Venid a mí todos los que estáis fatigados y sobrecargados, y yo os daré descanso. Tomad sobre vosotros mi yugo, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas. Porque mi yugo es suave y mi carga ligera.” (Mt 11,28-30). Es Cristo quien nos puede dar este descanso que buscamos si lo dejamos todo en Él. Si dejamos en Cristo el peso de nuestra vida, entregándole todo lo que ya no puedes cargar por más tiempo.

Pero quizá puedes decir: “¿pero cómo le voy a dar a Cristo lo que me pesa? ¿Le tendré que dar mis obras buenas no? Pero acuérdate de sus palabras, Él dijo que había venido a buscar a los pecadores, a los enfermos, a los cansados, a los que le necesiten. Él ha muerto por ti, por tu peso, por lo que te aplasta y cuando ya no puedes más, no lo dudes, sólo Él puede cargarlo por amor a ti. Para eso solo tienes que entregárselo con confianza plena y desde ese momento eso que tanto te aplasta dejará de ser tuyo para pasar a ser de Él. Entonces, con ese acto de abandono, espera y te lo devolverá resucitado.
El Señor por sí mismo es suficientemente grande para reparar todas nuestras faltas, colmar nuestras lagunas, hacer triunfar su propia fuerza divina en nuestra fragilidad. Jesús no te enseña a contar todo lo que haces bien, sino que te enseña a hacerlo todo por amor, y a no negarle nada. Quiere que aceptes con alegría cualquier situación que se te presente para probarle el amor que Él te da. Abandonarte en Él quiere decir eso, tener la certeza de que es Cristo quien lo hace todo, que tú no haces nada. Esto es el abandono y la paz del alma. Esta es la forma de poder descansar este mes en tu cuerpo y en tu espíritu. Y este descanso es el que te llenará de la verdadera felicidad y alegría porque tienes la certeza de que como un niño pequeño, reposas entre sus brazos y que ÉL, se ocupa de todo.

Oremos juntos: Señor Jesús te presento mis anhelos y mis sueños, te entrego mis cansancios y desánimos, te alabo y bendigo por tu inmenso amor y te pido que lleves tú mi vida. A ti que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.

Feliz mes y te deseo que descanses en Él.
Sor Aroa O.P.

Imprimir Correo electrónico

ImagenCookies

Hola! ¡Bienvenido a la página web del monasterio de san Blas! Nos encanta verte por aquí y esperamos que este sitio sea un lugar donde puedas encontrarte con Jesucristo Resucitado. Tan sólo queremos pedirte un favor: para mejorar la página y facilitar tu navegación por ella necesitamos que aceptes nuestras cookies. ¡Muchas gracias y oramos por ti!