HOY VIVE DE CRISTO POR MEDIO DEL SALMO RESPONSORIAL

Hoy vive de Cristo de la mano de sor MªJesús, por medio del Salmo Responsorial.

SALMO RESPONSORIAL

Día 30 de octubre, domingo XXXI del Tiempo Ordinario, ciclo C
Salmo 144, 1-2, 8-9, 10-11, 13cd-14

Te ensalzaré, Dios mío, mi Rey.

Te ensalzaré, Dios mío, mi Rey; bendeciré tu nombre por siempre jamás.
Día tras día te bendeciré, y alabaré tu nombre por siempre jamás.
El Señor es clemente y misericordioso, lento a la cólera y rico en piedad;
El Señor es bueno con todos, es cariñoso con todas sus criaturas.
Que todas tus criaturas te den gracias, Señor; que te bendigan tus fieles;
Que proclamen la gloria de tu reinado, que hablen de tus hazañas.
El Señor es fiel a sus palabras, bondadoso en todas sus acciones.
El Señor sostiene a los que van a caer, endereza a los que ya se doblan.

En la primera lectura vemos cómo Dios está a favor de los humanos a los que ha creado para la incorruptibilidad, para la vida. El autor del libro de la Sabiduría reflexiona sobre el amor de Dios hacia todas las personas que ha creado, y concluye que, aunque sean pecadores, debido a su omnipotencia tiene compasión, y por eso les concede un tiempo de conversión. Así es la misericordia de Dios, siempre espera que el hombre recapacite y vuelva a Él para colmarlo de su gracia. Por lo que la acogida gozosa de esta lectura, nos lleva a cantar el salmo con todo el deseo de unirnos a la acción de gracias a Dios, porque es compasivo y perdona, ama a todos los seres que ha creado; te ama a ti, motivo suficiente para orar con este himno de alabanza.

Este salmo, al igual que el del domingo anterior, es alfabético y está inspirado en otros salmos. Un himno que canta al Dios del universo, y entre todos los atributos que son innumerables, el autor elije cantar la majestad y el poder, la realeza y su providencia, su misericordia y su bondad. La dimensión universal de la alabanza se pone de relieve sobre todo por la repetición del adjetivo “todo”. La totalidad abarca a las criaturas, que todas son obra de su poder, y al tiempo, todas las edades de la historia son testigos de sus maravillas y favores. Dios es rey del universo que ha de reconocerlo y dar gracias a una voz.

Por ser un salmo alfabético, el salmista ha de acomodarse para reducir a estrofas los motivos uniformes de la alabanza, se aprecia en la estructura total y en el empleo de frases yuxtapuestas, con estilo de sentencias.

Los versos primeros, que cantamos, dan el tono de himno al salmo. El poeta quiere celebrar el nombre de Dios y su grandeza; la grandeza de Dios inenarrable y sus portentos son alabados por todas las generaciones, es lo que sigue a la invitación, son versos que ya no cantamos; luego es alabada su bondad y misericordia con todo lo que ha creado. Todo da gracias y celebra su obrar maravilloso y se alegra de su reinado eterno, abarca todo el tiempo. Por su misericordia tiene especial cuidado del indigente, no hay criatura que espere algo de Dios y no lo reciba. Todo el que lo invoque será atendido. El verso final es el testimonio de que siempre alabará al Señor y no solo él sino todos los humanos con él.

Estamos en los domingos del fin del año litúrgico y se nota en los textos que se proclaman en la Eucaristía. Nos invitan a contemplar el fin de los tiempos cuando lleguen a plena realización todas las promesas del Señor y aparezca glorioso. La parusía es entrar en la morada de este Dios amigo de la vida.

En el Evangelio Jesús se auto-invita y entra en la casa de Zaqueo y éste con sus obras de conversión, cantó el himno a la misericordia de Dios. Jesús no hace distinción, no rechaza, sino que acoge a todos; se compadece del más necesitado. La codicia, que es la raíz de todos los males, a Zaqueo le acarreó una vida sin luz, sin amigos…era un hombre rico, pero se siente infeliz y busca. Sus compatriotas le tienen por pecador. El encuentro con Jesús le da la libertad de sus posesiones que le poseían a él. Jesús lo restituye al pueblo creyente, le dice que es un hijo de Abraham, por tanto un heredero de las promesas de Dios. Con esto experimenta la bendición de Dios y canta con sus determinaciones que Dios es bueno con todas sus criaturas. Estamos invitados a cantar la bondad de Dios con nosotros y con todos.

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