Hoy, el reto del amor es vivir como un reflejo del amor del Señor
Hola, buenos días, hoy Israel nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.
¿IMPOSIBLE?
Las ventanas de nuestra capilla están orientadas hacia el norte, por lo que no reciben la luz directa del sol. Sin embargo, estos días, a la hora de nona (15:00), entra un sol deslumbrante… tanto, que las hermanas que reciben la luz de lleno fruncen el ceño inconscientemente debido al resplandor.
De inmediato, entendí la lógica: el sol no da directamente, pero se refleja en las ventanas del edificio de enfrente. Me hizo gracia esa asociación porque pensé: “¿Es imposible que entre el sol por ventanas que dan al norte en nuestro hemisferio?”. Para el Señor, nada es imposible.
Y es que cada uno de nosotros es como uno de esos grandes edificios. Hay “zonas” de nuestra vida a las que la luz del Señor nos da de frente; nos dejamos iluminar por Él, recibimos su bendición, su calor, Su Espíritu Santo. Pero todos tenemos también otras zonas más sombrías, incluso a veces inconscientes. Sin embargo, ¿acaso es imposible para Él iluminarlas?
Él nos pone a las personas que tenemos a nuestro lado para que se refleje Su amor y entre por nuestras ventanas sombrías. Nos rodea de mil maneras, de forma gratuita, como los rayos del sol, para que podamos experimentar, hasta lo más profundo de nuestro ser, cómo nos ama.
Nos ha enviado Su Espíritu Santo, ha encendido Su fuego en nuestros corazones para que seamos portadores de Su luz al mundo. Y es que la luz que recibimos de Él se refleja también en nosotros como un espejo, que puede alumbrar a los demás. Dejémonos iluminar en todos los rincones de nuestra existencia y seamos completamente suyos.
Hoy, el reto del amor es vivir como un reflejo del amor del Señor. Si la cara es el espejo del alma, hoy nuestra mirada será el reflejo de lo que nos habita, de aquello que nos hace felices: el amor del Señor. Y si esto es aquí… ¡cómo será el cielo!
VIVE DE CRISTO
¡Feliz día!
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