LEVÁNTATE Y PONTE EN MEDIO
1 Entró de nuevo en la sinagoga, y había allí un hombre que tenía la mano paralizada.
2 Estaban al acecho a ver si le curaba en sábado para poder acusarle.
3 Dice al hombre que tenía la mano seca: «Levántate ahí en medio.»
4 Y les dice: «¿Es lícito en sábado hacer el bien en vez del mal, salvar una vida en vez de destruirla?» Pero ellos callaban.
5 Entonces, mirándoles con ira, apenado por la dureza de su corazón, dice al hombre: «Extiende la mano.»El la extendió y quedó restablecida su mano.
6 En cuanto salieron los fariseos, se confabularon con los herodianos contra él para ver cómo eliminarle. (Mc. 3, 1-6)
Al hombre que va a ser curado por Jesús, le manda “levantarse” y “colocarse en medio” como testigo de la gracia que, Jesús va a derramar sobre él. “¡Levántate en la fe, en la confianza en Jesús!”. “¡Levántate en recobrar la esperanza y la alegría de volver a ser un hombre renovado ¡”. Y así, en medio de la asamblea, en la sinagoga, invita a estos fariseos a abandonar sus prejuicios y su dureza de corazón: ¿es que, se puede hacer el sábado el bien o el mal?, ¿es que, podemos pasar indiferentes, porque es sábado, ante un hombre que nos pide la ayuda para su mal? Y, quiere abrir brecha en su corazón para que, entre un rayo de misericordia. Jesús, sabe bien que, el corazón endurecido es más duro que una roca. Sólo, se ablanda si Jesús, en su bondad, lo rompe con su amor. Pero esto, sólo es obra total de su gracia. Por esto, Jesús nos invita, en este día, a orar con fervor e insistencia por los hombres obstinados en el mal. Sólo la oración puede obrar el milagro. ¡Por tanto, oremos, unos por otros para ser curados!
Este hombre, con su mano paralizada, está en la sinagoga como uno más, pero, no es uno más porque Jesús lo miró, porque deseaba curarlo de su parálisis. Muchos había en la sala, pero sólo a éste le ordenó levantarse y ponerse en medio. Éste, es objeto de la misericordia divina y también va a ser signo de contradicción: o a favor de Jesús o en contra de Él. El Evangelio, no dice nada más de este hombre, pero, la acción de Jesús nos está invitando a definirnos en su seguimiento. Él, nos avisa: “en el mundo tendréis luchas, pero, tened valor, Yo he vencido al mundo”. El mundo, nos ofrece muchas cosas, pero no nos puede dar la paz y el amor. Éstas, son patrimonio de Dios, en Jesús, para los que buscan, ya en este mundo,decidirse por su seguimiento. Porque, “no podemos servir a dos señores”. Y, en los fariseos, esto se ve claro por su oposición frontal hacia Jesús y éste querer acabar con Él.
La persecución y hasta la muerte, están siempre en la pantalla de la vida de un cristiano. Así, lo vemos también hoy, donde la persecución, es a muerte. Pero, “los perseguidos por causa de Jesús tienen prometido ya, por su boca, el Reino de los Cielos”. Son las Bienaventuranzas del Reino que, están en contradicción con las máximas que el mundo nos ofrece. Y, estas vidas entregadas por Él, son en estos países de persecución,una semilla de nuevos cristianos, confesores de su fe ante todos los poderosos. Su intrepidez y fortaleza, es un don de Dios que, nosotros hemos de pedir constantemente, porque, en nuestros países tán desarrollados,abundan los cristianos aburguesados y, pocos testigos que, confiesen abiertamente que, “Jesús es Señor, para gloria de Dios- Padre”
¡Qué el Señor nos bendiga, por su gracia, en éstos, nuestros deseos de santidad y testimonio! ¡Qué así sea!¡Amén! ¡Amén!