Buenos días, hoy Matilde nos lleva al Señor. Qué pases un feliz día.
¡SEÑOR, TÚ LO SABES TODO! ¡YO SOY UN IGNORANTE ANTE TI!
Íbamos por la noche a completas y de repente, me acordé que tenía la ropa dentro de la lavadora. Entonces, a prisa, bajé al lavadero y la saqué a un balde. ¡Y, de repente, todas las luces se apagaron y me quedé en completa oscuridad!. Sabía que estaba sola y que las monjas se iban yendo ya a completas así que, con toda la fuerza que me dieron mis pulmones grité: “¡¡Sor, no me apagues!!”… Y, esto, varias veces seguidas, porque estaba en grande oscuridad.