Hola, buenos días, hoy Sión nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.
En el último reto te dije que había podado una planta. Desde entonces estoy como una tonta, cada vez que paso por delante, mirándola casi con lupa. Por un lado, por ver si se secan las hojas que le quedan (señal de que la he matado) y, por otro, ¡para ver si salen nuevos brotes!
Hola, buenos días, hoy Israel nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.
Anoche, cuando iba a vísperas, descubrí que las hermanas sacristanas habían preparado un detalle especial en la iglesia. Delante del altar habían colocado un sitial, representando un trono, y sobre él, un manto de color púrpura, una corona de oro y otra de espinas.
Hola, buenos días, hoy Leti nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.
En el portal del monasterio tenemos unas vitrinas con productos de nuestro trabajo. La verdad es que no se veía mucho, la zona donde estan quedaba muy oscura. Llevaba tiempo pensando en poner unas luces. Al final, hemos puesto unas tiras de luz muy pequeñas, pero que dan una iluminación impresionante. Por otro lado, se han colocado de forma escondida, y su luz se refleja en toda la vitrina. Ahora, cuando lo miro, me doy cuenta de cómo esa sencilla luz ha hecho que todo sea muy distinto. La luz hace que todo se vea, que dé resplandor a los objetos.
Hola, buenos días, hoy Joane nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.
Por fin era el momento de ir a dormir. De repente, algo surcó la celda sobrevolando de un lado para otro. Un pequeño mosquito que el cansancio no me permitió combatir.
Hola, buenos días, hoy Israel nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.
Todas nuestras celdas están situadas en la misma zona del monasterio: un enorme pasillo en forma de “L”, en el que se encuentran todas las puertas. Justo en la curva de la L hay una imagen de la Virgen María con el Niño, visible desde ambos lados del pasillo.
