Hola, buenos días, hoy Israel nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.
Ayer por la tarde salí a dar un paseo, cuando, de pronto, me encontré con la hermana procuradora, que estaba regando algunos árboles del jardín.
Hola, buenos días, hoy Joane nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.
Dentro del monasterio, tenemos todas un teléfono interno. Estábamos rezando vísperas cuando, de repente, empezó a sonar el teléfono de una Hermana. Todas nos mirábamos: no faltaba nadie y estábamos rezando; ¿quién podría estar llamando?
Hola, buenos días, hoy Leti nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.
Desde hace un tiempo me ha empezado a doler la rodilla, un dolor que fue a más, hasta que empecé a cojear. No me había dado ningún golpe, no había tenido nada extraño. Empecé a pensar qué podía haberme pasado. Al final, deduje que me había cambiado de zapatos y no me había ido bien. Estos son muy planos y, como no tengo casi puente, no pisaba bien y esto ha producido una lesión en la rodilla. En cuanto me di cuenta, volví a los zapatos anteriores y el dolor ha desaparecido.
Hola, buenos días, hoy Israel nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.
Hace unos días, unas personas llegaron desde muy lejos a Lerma para conocernos. Nos contaron que, al entrar en el pueblo, se confundieron al descubrir que hay varios monasterios. Tuvieron que preguntar, y enseguida les dijeron que el único que tiene monjas es el nuestro, el Monasterio de San Blas, y que tenían que subir hasta la parte alta del pueblo para encontrarnos.
Hola, buenos días, hoy María nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.
En el monasterio, como en cualquier casa, a diario tenemos que hacer las labores propias del hogar: comida, fregar, baños y duchas, lavar, planchar… y para ello hacemos turnos en los que vamos rotando las monjas, procurando que no se dupliquen a fin de que no sea mucha carga.
