Hola, buenos días, hoy Sión nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.
Ayer estaba tomando un yogurt y, distraídamente, empecé a leer los distintos cartelitos que tenía en la etiqueta: ingredientes, información nutricional…
Hola, buenos días, hoy Israel nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.
Una de las cosas que en estos meses de frío agradece una sacristana es que las flores que colocamos en la iglesia duran muchísimo. Tanto es así, que las de Navidad han durado prácticamente intactas hasta san Blas.
Hola, buenos días, hoy Lety nos lleva la Señor. Que pases un feliz día.
Ayer nos visitó un grupo grande y en el locutorio nos hicieron muchas preguntas. Una de ellas me llamó especialmente la atención, ya que muchos grupos también nos la hacen y decía así: “ Vosotras veis al Señor en lo que os acontece, hasta en lo más sencillo ¿cómo podemos nosotros verlo?” Esta pregunta siempre me sorprende, porque pienso que Cristo está vivo y nos dijo: “Yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo” (Mateo 28,20). Por lo tanto, Él está, la cuestión es tener ojos atentos para verle.
Hola, buenos días, hoy Sión nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.
El otro día, mi llegada a la cocina fue particularmente curiosa: la fregona cruzada en la puerta bloqueaba la entrada, el jabón del lavavajillas estaba en mitad de la cocina y el cubo de la basura dado la vuelta. Cualquiera podía haber pensado que por ahí habían estado Atila y los hunos… pero confieso que yo sonreí.
Hola, buenos días, hoy Joane nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.
En la sala donde trabajamos se está muy bien de calor, pero, en cuanto sales al pasillo, puede hacer tan solo unos pocos grados sobre 0. Muchas veces nos ocurre que salimos a hacer algo en otro sitio y nos dejamos la chaqueta en la sala, olvidando que esa no es la “temperatura monástica” y, al volver, exclamamos: “Qué bien se está aquí”, o avisamos: “Cuando salgáis no olvidéis la chaqueta, que fuera hace mucho frío”.
