Hoy el reto del amor es coger un Cristo Crucificado entre tus manos y entregarle aquello que te pesa
Hola, buenos días, hoy Israel nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.
“MIRARÁN AL QUE TRASPASARON”
Estos días, sor Amada se acercó a mí para pedirme que le echara una mano. Concretamente teníamos que hacer la corona de espinas de Cristo.
Sí, sí, es que en Semana Santa, Lerma hace “La Pasión viviente”. Y ella me explicó que llevamos ya muchos años haciendo la corona de espinas que después llevará el actor que hace de Jesús. Al saber todo esto, el servicio en cuestión me fue gustando cada vez más.
Mientras la entretejíamos intentado no pincharnos demasiado con las afiladas puntas del espino, me vino a la memoria una imagen que había visto hacía años, pero que me tocó profundamente.
En esa imagen o dibujo, aparece Jesús como el Buen Pastor que va a rescatar a una oveja que ha quedado atrapada en un espino. Pero, claro, para rescatarla y salvarla, es Él quien queda clavado en el espino, liberando así a Su oveja.
La imagen era un espino, pero claramente me hablaba de la Cruz. Muchas veces vemos este misterio en plural: “Él ha muerto por nosotros”. Y, sin embargo, todos necesitamos verlo en primera persona: “Tú, Señor has muerto por mí”. El Señor ha venido para salvarnos, para salvarte a ti de tus propios enredos, como a aquella oveja en el espino.
Y, al verlo en primera persona, todo cambia. Porque es aquí y ahora, en lo que vives, cuando necesitas que Él te salve. Él está ahí, por ti, para salvarte.
Hoy el reto del amor es coger un Cristo Crucificado entre tus manos y entregarle aquello que te pesa, lo que te ata, “el espino” del que te gustaría liberarte pero que ya has experimentado que tú solo no puedes. Él, que ha muerto por ti, lo hará en ti.
VIVE DE CRISTO
¡Feliz día!
