¿SABÍAS QUE...

… EL QUE QUERÍA SORPRENDER, RESULTÓ SORPRENDIDO?

Domingo volvía de Tolosa, feliz y contento, con el documento que declaraba a sus chicas las dueñas del terreno donde iría el convento. ¡¡Estaba convencido de que más de una se quedaría sin aliento al saber la noticia!! Y así iba, a paso ligero, deseando llegar para contárselo. Lo que no podía adivinar era que, el que se iba a quedar sin respiración… sería él.

Apenas habían pasado tres días desde que dejó la supuestamente tranquila y apacible aldea de Prulla. Tiempo de sobra para que ahora todo estuviese patas arriba. Si es que no se puede ir uno de casa y dejar solos a estos jovencitos…

Desde lo alto de la colina, Domingo observó extrañado que había mucho movimiento en la aldea. ¿Qué podía estar pasando?

Las sombras de los árboles se alargaban con las últimas luces del atardecer. Se adivinaba una noche sin estrellas, oscura y pesada, como la preocupación que comenzaba a inundar a nuestro amigo.

Avanzó rápido por el camino, sin dejar de observar la aldea, tratando de adivinar qué podía estar sucediendo. Había un grupo de personas… estaban reunidos, ahí, justo a la entrada de la aldea… y… ¡un momento!... En cuanto alguien divisó a Domingo… ¡el grupo entero salió a recibirle! ¿Qué era aquello?

El joven castellano aflojó el paso, sin saber muy bien a qué tendría que enfrentarse esta vez. De pronto, al frente de la comitiva, distinguió rostros conocidos: ¡¡Guillermo y Noel!! Domingo suspiró aliviado. Al menos los jovencitos estaban bien…

Los dos hermanos se abalanzaron alegremente a dar la bienvenida a Domingo… ¡¡y comenzaron a quitarse la palabra el uno al otro!! ¡Tenían muchísimo que contarle! Bueno, también querían que él hablase, pero… ¡estaban emocionados por compartirle todo lo que les había sucedido!

Y… ¿qué era eso tan extraordinario que había ocurrido?

Digamos que los dos hermanos, cada uno a su estilo y a su manera, habían vivido auténticos milagros del Señor.

Nuestro inquieto Noel no se había quedado de brazos cruzados durante la ausencia de Domingo. Salió a predicar por los pueblos vecinos y, en uno de estos pequeños viajes, había tenido un inesperado encuentro. Se había cruzado con… ¡¡un sacerdote católico!! En una tierra marcada por la herejía, ¡era todo un acontecimiento!

Noel, tan entusiasta como siempre, se acercó a saludar al joven caminante. Su nombre era Beltrán de Garriga, un hombre sensible y agradable. Viajaba por aquellas tierras porque había oído hablar de un predicador castellano que estaba haciendo frente a la herejía solo con el testimonio y la palabra, ¡y estaba impresionado! (sobre todo porque, por el resto de Europa, la mayoría de los legados pontificios andaban afilando espadas…). Total, que quería conocerle y, si se lo permitía… le gustaría quedarse con él.

Lo dicho: el pobre Domingo se quedó sin respiración. Se había marchado dejando dos compañeros… ¡¡y ahora encontraba tres!!

Pero, a estas alturas, el tranquilo Guillermo estaba a punto de explotar… ¡que él también tenía mucho que decir! Resulta que el jovencito tímido, que era incapaz de abrir la boca en público, había estado paseando por la vecina ciudad de Fanjeaux, no solo cuidando y animando a las chicas convertidas, sino charlando con todo el que se le ponía delante. Y, entre unas cosas y otras… bueno, pues había un par de matrimonios y gente noble comenzando a interesarse por ese nuevo estilo de vida. Así que el bueno de Guillermo les había invitado… ¡a acercarse a Prulla a hablar con Domingo!

Y nuestro amigo estaba sin saber si saltar de alegría bendiciendo a Dios… o si sentarse en el suelo para no marearse. Te aseguro que si los amplios sembrados de trigo de su padre se hubiesen llenado de gordas espigas en una sola noche, no se habría sorprendido tanto.

Pero ahora todos los ojos estaban clavados en él, expectantes: ¿qué tal le había ido con el obispo Fulco?

Aún impactado por lo que había encontrado, Domingo a duras penas logró mascullar un “Ya tenemos el terreno…”. Gritos de júbilo estallaron a su alrededor. Domingo solo pudo sacudir la cabeza y sonreír mirando al cielo… En fin, cosas del Señor… Sí, tenían terreno para edificar un Monasterio… que tendría que acoger a ese grupo del todo caótico: las jóvenes convertidas, los dos hermanos monjes, el sacerdote… ¡¡y un puñado de laicos!! ¿Cómo compaginar todo eso?

Domingo, sin dejar de mirar al cielo, se encogió de hombros, sonriendo: si Cristo le había guiado hasta ahí, ¡Él le marcaría el camino! Y así dejó la preocupación en manos de su Señor… ¡y se unió a festejar la alegría de sus hermanos! Tal vez Jesús le hizo intuir que era el nacimiento de algo grande…

En efecto: aquel extraño grupo tan variopinto era el primer borrador de lo que hoy conocemos como Familia Dominicana. No era un completo desorden… ¡sino un paso más de nuestra Orden!

PARA ORAR
-¿Sabías que… el Señor también controla el caos?

Me encanta el inicio de la Biblia, cuando nos dice que la tierra era “un caos informe”, para, a renglón seguido, añadir “el Espíritu de Dios se cernía sobre la faz de las aguas” (Gn 1, 2). En hebreo, ese verbo indica el acto de “incubar”. El Espíritu del Señor incuba el caos… y nace la vida.

A lo largo del día (¡y de la vida!) podemos encontrarnos con situaciones inesperadas, sucesos que nos desestabilizan, cambios, imprevistos… ¡y también sentir que nos mareamos! Pero el Señor ha prometido estar a tu lado todos los días. Él está por encima del caos, ¡y no improvisa! Está deseando mostrarte que eso que hoy se sale de tus planes, eso que te parece un desorden, en Sus manos se transformará en fuente de vida. Así pues, si algo no entiendes, si algo te desestabiliza… espera en el Señor, ¡y confía!

“¿No te he dicho que si crees verás la gloria de Dios?” (Jn 11, 40).

VIVE DE CRISTO

Imprimir Correo electrónico

¿SABÍAS QUE?

¿SABÍAS QUE?

¡¡Bienvenido a esta nueva sección de nuestra página web!!

Esperamos que, con estos pequeños artículos puedas acercarte un poco más a nuestra Orden, nuestra Historia... pero, queremos ser sinceras desde el principio.

CONTINUAR LEYENDO

Galerías Multimedia

En nuestra zona multimedia te ofrecemos imágenes, vídeos y audios muy interesantes.

 

Videos

Nuestros mejores Videos:
Puedes vernos en movimiento,
conócenos y verás cómo no somos tan diferentes.

Imagenes

No sólo verás fotos,
aquí encontrarás imágenes, dibujos...
disfruta con los documentos gráficos de las Dominicas de Lerma.

Audios

Escucha lo que quieras
Directamente desde la web o descárgalo.
Tambien puedes visitar nuestro canal en ivoox.

Gracias a Google, Norton y McAfee, te podemos garantizar que nuestra web, su contenido y los servidores desde donde se proporciona el servicio, son 100% seguros y están verificados. Puedes comprobarlo pinchando en las imágenes de abajo .
navegacion segura googlenavegacion segura nortonnavegacion segura mcafee

ImagenCookies

Hola! ¡Bienvenido a la página web del monasterio de san Blas! Nos encanta verte por aquí y esperamos que este sitio sea un lugar donde puedas encontrarte con Jesucristo Resucitado. Tan sólo queremos pedirte un favor: para mejorar la página y facilitar tu navegación por ella necesitamos que aceptes nuestras cookies. ¡Muchas gracias y oramos por ti!