Para saber más: el viaje por Europa

 

Con la llegada de Domingo a Fanjeaux, podemos decir que comienza una nueva etapa en la vida de nuestro amigo. Y creo que es un buen momento para, a vista de pájaro, recordar todo lo sucedido hasta ahora.

Aprovechando la gran ventaja de Google Maps, me he animado a ubicar lugares clave, ¡y a calcular las distancias que hay de un lugar a otro a pie! Sinceramente, ¡he disfrutado un montón! Voy a coger el gusto a esto de pintarrajear mapas...

Bueno, pues, ¡aquí van mis conclusiones!

-Fase 1
De Osma a Dinamarca (2.169 km)

El rey envía al obispo Diego a Dinamarca. El objetivo del viaje era concertar el matrimonio entre el príncipe de Castilla y a princesa de Las Marcas. Las gestiones salieron estupendamente, así que de vuelta a Castilla para informar al rey. A este le faltó tiempo para organizar de nuevo la comitiva... y vuelta otra vez a Las Marcas a recoger a la prometida. Pero al llegar, dicen que la princesa ha muerto... Nosotros hacemos que nos lo creemos, que no hay ganas de líos, y, tras 6.507 km (2.169 x 3), resulta que todo ha sido en vano.

Bueno, no todo: en el primer viaje, hicieron noche en Toulouse, donde, gracias a la conversación con el hospedero (que era hereje) el Señor puso en el corazón de Domingo el sueño de fundar una Orden dedicada a la predicación...

-Fase 2
De Dinamarca a Roma (1.922 km)

Bueno, ya que estamos, el obispo Diego decide ir a visitar al Papa, para presentar su dimisión, y así poder realizar su sueño de ser misionero. El Papa se niega en rotundo a apoyar tales planes, y le ordena que vuelva a su diócesis.

-Fase 3
De Roma a la Abadía de Citeaux (1.072 km)

Pequeño caprichito del obispo Diego, que quería visitar la famosa abadía... y, en fin, ya que estamos, ¿qué son 2 semanas más de viaje? En fin, vamos a hacer feliz al pobre obispo, que ya lleva muchos disgustos...

-Fase 4
De la Abadía de Citeaux a Montpellier (454 km)

Todo iba sobre ruedas en lo que quería ser una vuelta apresurada a Castilla. Sin embargo, en Montpellier se encontraron con una reunión de abades que dilucidaban cómo enfrentar la herejía... El obispo Diego expuso lo que él y Domingo llevaban hablando todo el viaje: la predicación al estilo de los apóstoles.

Como los abades no terminaban de verlo claro, el obispo tomó una decisión impactante: ¡despidió a todo su séquito! Criados, caballos, baúles, ¡todo! Su gesto animó a todos, por lo que se formaron equipos de predicadores cuyas únicas armas serían la Palabra y el testimonio.

-Fase 5
De Montpellier a Beziers (66 km)

Comienzan las controversias contra los cátaros. En el camino a Beziers, hicimos parada en Servian, momento memorable, pues fue la primera intervención en público de Domingo (sustituyendo al obispo Diego, al que se le había encendido la sangre en la discusión... y ese no es el estilo de Jesucristo, que es manos y humilde...).

-Fase 6
De Beziers a Montreal (94 km)

Fue en esta ciudad donde tuvo lugar “el juicio de Dios”, ¿recuerdas? Lanzaron a la hoguera un escrito de las doctrinas cátaras y otro con las católicas (redactado por Domingo), ¡y por tres veces el opúsculo de Domingo salió intacto de las llamas!

-Fase 7
De Montreal a Verfeil (71 km)

Un enorme paseo... para cosechar una derrota igual de enorme... La “hoja verde” seguiría seca por mucho tiempo...

-Fase 8
De Verfeil a Fanjeaux (68 km)

Ya sin compañeros, con los demás equipos de misioneros disueltos... Domingo llega a una fortaleza cátara, ¡dispuesto a quedarse!

En fin, y hasta aquí nuestro viaje. Han sido unos 10.254 km (kilómetro arriba, kilómetro abajo), así que es de lo más comprensible que el bueno de Domingo tuviese ganas de hacer una paradita. Teniendo en cuenta que, recorrer toda España de Norte a Sur, supone aproximadamente 1.000 km... ¡¡no es para menos!!

Dejaremos temporalmente la arena de los caminos, ¡pero no deshagáis las maletas! Ya sabéis que a Jesucristo le gusta salir al encuentro de todos, ¡así que no suele detenerse mucho tiempo!

“Se levantó de madrugada, cuando todavía estaba muy oscuro, se marchó a un lugar solitario y allí se puso a orar. Simón y sus compañeros fueron en su busca y, al encontrarlo, le dijeron: «Todo el mundo te busca». Él les responde: «Vámonos a otra parte, a las aldeas cercanas, para predicar también allí; que para eso he salido»” (Mc 1, 35-38).

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