DOMINGO XXIX (T. Ordinario)

CICLO B

-EL HIJO DEL HOMBRE HA VENIDO A SERVIR-

Is. 53, 10-11

10 Mas plugo a Yahveh quebrantarle con dolencias. Si se da a sí mismo en expiación, verá descendencia, alargará sus días, y lo que plazca a Yahveh se cumplirá por su mano.

11 Por las fatigas de su alma, verá luz, se saciará. Por su conocimiento justificará mi Siervo a muchos y las culpas de ellos él soportará.

                  -   La figura del Siervo, hace de puente entre la humillación y la exaltación. Dios se revela en su punto de partida y en su punto de llegada. La oración del inocente es siempre escuchada por Dios, es mediación atendida y salvadora: servicio infinito a la humanidad, en servidumbre. Misterio insondable el queDios quiso triturarlo con el sufrimiento. Pero Dios no humilla, sino para ensalzar y que la luz divina harte a sus siervos. El Siervo, cargando voluntariamente con los crímenes de la humanidad, justificará y hará aceptables a Dios a todos los hombres.

Segunda Lectura: Hb. 4, 14-16

14 Teniendo, pues, tal Sumo Sacerdote que penetró los cielos - Jesús, el Hijo de Dios - mantengamos firmes la fe que profesamos.

15 Pues no tenemos un Sumo Sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras flaquezas, sino probado en todo igual que nosotros, excepto en el pecado.

16 Acerquémonos, por tanto, confiadamente al trono de gracia, a fin de alcanzar misericordia y hallar gracia para una ayuda oportuna.

                       -    El sacerdocio cristiano es ante todomisterio,servicio

                      -   Cristo es el auténtico sacerdote del Nuevo Testamento cuya condición no implica ninguna clase de privilegios. Pasó por todas las situaciones como cualquier mortal.

                     -     A lo largo de la carta a los Hebreos se observa que el autor no manifiesta esa entrañable familiaridad con Cristo que distingue señaladamente las cartas del Apóstol Pablo. La imagen de Cristo de nuestra carta es como un icono: tiene rasgos solemnes, cultuales, parece proceder más de una especulación erudita sobre la Escritura, que de experiencia viva de la fe. Al hacerse cargo el autor de esta deficiencia suya, trata de remediarla insistiendo con especial ahínco en la misericordia compasiva de Cristo. Así tomó de la tradición su saber acerca de Cristo y lo reforzó con motivos de razón o con pruebas de la Escritura. Sabemos la postura de Cristo frente al pecado y también que no rehúsa su ayuda a ningún pecador que acuda a Él.

(v. 14)        -   Aparece aquí la primera mención de los cielos, donde según la epístola, se desarrolla el oficio sacerdotal de Cristo. Sentado a la derecha de Dios (1,3; 8,1) pertenece con Dios a las realidades inmutables y definitivas: su sacrificio realizado de una vez para siempre (7,26-27) adquiere un valor perfecto y eterno (8,1-4; 9,11-12; 9,23-24). El objeto de la esperanza cristiana es la realización de esta salvación en la ciudad celeste.

                     -     Debemos mantener firmemente nuestra profesión, y con confianza, es decir sin temor, con la seguridad de ser escuchados, acercarnos al trono de la gracia, porque nuestro Sumo Sacerdote, no obstante su elevación celestial, tiene un corazón que siente como nosotros.

                      

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