ASÍ TIENE QUE SER ELEVADO EL HIJO DEL HOMBRE

14 Y como Moisés levantó la serpiente en el desierto, así tiene que ser levantado el Hijo del hombre,
15 para que todo el que crea tenga por él vida eterna.
16 Porque tanto amó Dios al mundo que dio a su Hijo único, para que todo el que crea en él no perezca, sino que tenga vida eterna.
17 Porque Dios no ha enviado a su Hijo al mundo para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve por él.
18 El que cree en él, no es juzgado; pero el que no cree, ya está juzgado, porque no ha creído en el Nombre del Hijo único de Dios.
19 Y el juicio está en que vino la luz al mundo, y los hombres amaron más las tinieblas que la luz, porque sus obras eran malas.
20 Pues todo el que obra el mal aborrece la luz y no va a la luz, para que no sean censuradas sus obras.
21 Pero el que obra la verdad, va a la luz, para que quede de manifiesto que sus obras están hechas según Dios. » (Jn. 3, 14-21)

Sorprende que Jesús haya puesto ante los ojos de Nicodemo, fiel fariseo, el símbolo de la serpiente, símbolo del mal: ¿No incitó la serpiente a Eva, a juzgar el mandato de Dios y desobedecerle?; ¿Y no fueron las serpientes las que mordían a los israelitas rebeldes en el desierto, haciéndoles morir?… Pero por otra parte, en los pueblos paganos de alrededor, la serpiente enroscada en un mástil era símbolo de la medicina, del médico que trae la salud… Y Jesús trae a la memoria de Nicodemo el pasaje de la Biblia de (Números 21,8s) en que Moisés hace una serpiente de bronce, enroscada en un estandarte, para que todo el que la mire con fe, sea sanado de su picadura…

Jesús, en su diálogo, presagia que el que le mire a Él con fe, colgado de la Cruz, será salvo. Ya la cruz y la serpiente no son signos de perdición sino de salud y salvación, para el que mire a Jesús colgado con mucha fe… La Cruz ha sido el instrumento providencial elegido por el Padre para quitar del madero y del que pende de él, la maldición que pesó siempre sobre él: “maldito el que cuelga de un madero”.

Así es el Señor: nos desconcierta al cambiar nuestros esquemas y seguridades… Por esto, entre otras causas, no reconocieron en Jesús al Mesías esperado y eso que estaba escrito en los profetas: “mirarán al que traspasaron”, colgado de un madero.

Y detrás de todo esto, está “un Misterio de amor del Padre” hacia toda esta humanidad doliente, que habiendo recibido tanto cariño y dedicación en su creación, no supo y no quiso corresponder a Dios, devolviéndole amor por Amor… Pero he aquí el “Misterio loco del Padre”: “tanto amó Dios al mundo que entregó a su Hijo único, para que no perezca ninguno de los que creen en Él, sino que tengan vida eterna”…

Es sólo el Amor el que movió las entrañas del Padre para darnos a su Hijo querido y esto, sabiendo que nuestras obras eran malas y detestábamos la Luz, donde reside nuestro juicio de salvación o condena: si vamos hacia la Luz es que hemos conocido a Jesús y “las obras buenas nos acompañan”; si nos ocultamos en la oscuridad de nuestro ser opaco, es que “ni le hemos visto, ni conocido”… ¡He aquí de nuevo el misterio del mal sobre la conciencia del hombre: si nuestro ojo interior está sano, vamos hacia la luz “para que se vea que nuestras obras están hechas según Dios”!… Si nuestro ojo interior está enfermo y dañado, las tinieblas son nuestra habitación, muy lejos del Señor… ¡Dios no quiera que estemos nosotros aquí!…

¡Así como el Señor nos amó sin haberlo merecido, le pedimos que siga actuando su generosidad, tan gratuita, y tome a cada uno de nosotros en nuestra actual condición, siendo Luz en nuestro sendero que siempre nos lleve a Él, para más desearle y más amarle!… ¡Que así sea!…

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