CUERPO Y SANGRE DE CRISTO

CICLO A

Dt. 8, 2-3.14b-16a

2 Acuérdate de todo el camino que Yahveh tu Dios te ha hecho andar durante estos cuarenta años en el desierto para humillarte, probarte y conocer lo que había en tu corazón: si ibas o no a guardar sus mandamientos.

3 Te humilló, te hizo pasar hambre, te dio a comer el maná que ni tú ni tus padres habíais conocido, para mostrarte que no sólo de pan vive el hombre, sino que el hombre vive de todo lo que sale de la boca de Yahveh.

14 b no olvides a Yahveh tu Dios que te sacó del país de Egipto, de la casa de servidumbre;

15 que te ha conducido a través de ese desierto grande y terrible entre serpientes abrasadoras y escorpiones: que en un lugar de sed, sin agua, hizo brotar para ti agua de la roca más dura;

16 que te alimentó en el desierto con el maná, que no habían conocido tus padres

                  -   En contraste con los profetas que consideraban la permanencia en el desierto como una época ideal (Os. 2, 16), el Deuteronomio presenta aquí los 40 años como una prueba (4, 35) y el redactor sacerdotal de Nm. 14, 26-35 lo verá como un castigo.

(v. 2-3)      -   El fiel israelita había de acordarse continuamente de las proezas que el Señor había hecho en su favor y esto de continuo y enseñarlo a los hijos de generación en generación, para que al conocer a Jahvé le amaran cada vez más y guardaran sus mandamientos (MISVÂ), pues sus mandamientos, los que salen de su boca, son fuente de vida (29, 4-5). Este texto es puesto en boca de Jesús en la tentación del desierto por los evangelistas, pues no es el alimento material lo que da vida al hombre sinotodo lo que sale de la boca de Jahvé (Mt. 4, 4; Am. 8, 11; Ne 9, 29; Pr. 1, 1-5; Sb. 16, 26; Si 24, 19-21; Jn. 6, 30-36, 68).

(v 14b-16a)   -    Rememora aquí las proezas del desierto: las serpientes abrasadoras de las que libró Moisés a los israelitas (Nm. 21, 6); el agua que hizo brotar de la roca (Ex. 17, 1-7) (Nm. 20, 1-13); el maná con que se alimentaron en el desierto (Ex. 16; Nm. 11, 7-9). El maná es imágen del verdadero pan del cielo, la Eucaristía y éste no fue dado por Moisés sino por Dios mismo, dándose a sí mismo.

I Cor. 10, 16-17

16 La copa de bendición que bendecimos ¿no es acaso comunión con la sangre de Cristo? Y el pan que partimos ¿no es comunión con el cuerpo de Cristo?

17 Porque aun siendo muchos, un solo pan y un solo cuerpo somos, pues todos participamos de un solo pan.

                  -   He aquí unas notables afirmaciones, preciosas conclusiones sobre el misterio central de la Iglesia: la celebración y la intelección de la eucaristía.

(v. 16)       -La copa de bendición, frase procedente del judaísmo, expresión para designar la cena pascual. A lo largo de la comida ritual, de varias horas, se escanciaban cuatro veces las copas. La más importante era la tercera, cuando el padre de familia o el que presidía la mesa pronunciaba la oración de acción de gracias o de bendición. Estaba adornada con guirnaldas. La Iglesia de dentro y de fuera de Palestina había hecho suyo este lenguaje para designar la eucaristía, por ello lo cita así Pablo. EULOGIA =copa de bendición.

                  -Que bendecimos. Una reduplicación quizás para distinguir el cáliz cristiano de las copas de los judíos y también acaso de los paganos. Con estas palabras se está expresando la oración eucarística de la Iglesia con la que ella hace lo que el Señor ya hizo:dar gracias (bendiciendo) EULOGOUMEN.

                  - ¿No es participación en la sangre de Cristo? Con la bendición eucarística el contenido del cáliz se ha convertido en la sangre de Cristo, el que lo bebe entra en comunión con El porque ha participado en algo suyo:tener parte en.

                  -   Con el pan tenemos un paralelismo.Partir el pan no es exclusivo del banquete eucarístico, pero aquí se entiendecomo tal.

(v. 17)       -Porque en un solo pan somos, aunque muchos, un solo cuerpo. Giro en el que se pasa de un cuerpo (el de Cristo) a otro cuerpo (la comunidad, la Iglesia). La forma de pan que toma el cuerpo se ordena a hacer real y visible la Iglesia como cuerpo de Cristo. Los muchos al recibir su parte de misteriosa manera se convierten en aquel todo que es el cuerpo de Cristo.

                  -   Le preocupa a Pablo la unidad de la comunidad, tema que desarrollará ampliamente en el capítulo siguiente.

                  -   Se recurre al pan y no a la copa para hacer más sensible y perceptible la forma visible de la comunidad.

                  -   Si la Iglesia quiere ser el sacramento de la salvación, señal de la unión con Dios y de unos con otros, los creyentes se han de conocer entre sí en este sacramento del altar.En este pan veis lo que sois.En este pan recibís lo que sois (S. Agustín).

Imprimir Correo electrónico

Gracias a Google, Norton y McAfee, te podemos garantizar que nuestra web, su contenido y los servidores desde donde se proporciona el servicio, son 100% seguros y están verificados. Puedes comprobarlo pinchando en las imágenes de abajo .
navegacion segura googlenavegacion segura nortonnavegacion segura mcafee

ImagenCookies

Hola! ¡Bienvenido a la página web del monasterio de san Blas! Nos encanta verte por aquí y esperamos que este sitio sea un lugar donde puedas encontrarte con Jesucristo Resucitado. Tan sólo queremos pedirte un favor: para mejorar la página y facilitar tu navegación por ella necesitamos que aceptes nuestras cookies. ¡Muchas gracias y oramos por ti!