II DOMINGO DE PASCUA

CICLO A

- DOMINGO DE TOMAS -

Act. 2, 42-47

42 Acudían asiduamente a la enseñanza de los apóstoles, a la comunión, a la fracción del pan y a las oraciones.

43 El temor se apoderaba de todos, pues los apóstoles realizaban muchos prodigios y señales.

44 Todos los creyentes vivían unidos y tenían todo en común;

45 vendían sus posesiones y sus bienes y repartían el precio entre todos, según la necesidad de cada uno.

46 Acudían al Templo todos los días con perseverancia y con un mismo espíritu, partían el pan por las casas y tomaban el alimento con alegría y sencillez de corazón.

47 Alababan a Dios y gozaban de la simpatía de todo el pueblo. El Señor agregaba cada día a la comunidad a los que se habían de salvar.

(v. 42)       -   Tenemos aquí la descripción de la comunidad primitiva, con un sintético informe donde se aprecia la serenidad de ánimo de la comunidad movida por el Espíritu Santo, tan solo algunos rasgos.

                  1º)    La adhesión mantenida de los recién bautizados y su perseverancia en la enseñanza de los apóstoles: Toda la proclamación que les fue encargada: el KERIGMA, que estaba formado por los Evangelios y anteriormente por los testimonios e interpretaciones del camino de salvación de Cristo; también por la interpretación cristológica del Antiguo Testamento.

                  2º)    La comunión, concepto muy amplio que incluye la renuncia a la propiedad privada y a la solicitud fraterna de unos por otros que llena a la comunidad de mesa (5, 4). La (4, 32-37) entrega de los bienes era un acto de amor voluntario.

                  3º)    La fracción del pan (v. 46). Elpan” comprende todos los alimentos (Mt. 14, 19; 15, 36); Lc. 24, 30-35). Pero cuando Jesús en la memorable cena de despedida, antes de su Pasión, asoció la fracción del pan con su muerte, este concepto se refería ya al banquete eucarístico del Señor. Aquí fracción del pan no incluye necesariamente una eucaristía diaria pues ésta se celebraba el primer día de la semana.

                  4º)    Las oraciones. Mientras los primeros cristianos se mantuvieron unidos a la sinagoga, participaban del rezo del judaísmo (3, 1). pero poco a poco se fueron desligando de este medio y llenaron su oración principalmente con el Padrenuestro y los salmos y (v. 24-30; Mt. 6, 9-13) también cantos e himnos inspirados (16, 25) (Col. 3, 16; Ef. 5, 19).

(v. 43-45)  -   A la vista de esta comunidad todoseran presos del temor. Se trata de aquel emocionado respeto que ya en vida de Jesús embargaba a los hombres (Lc. 5, 26) ante la cercanía de Dios. Pero el motivo primero de este temor eramuchos prodigios y señales realizados por los apóstoles (5, 12s.)

(v. 46-47)  -   La palabra griegaalegría significa jubilosa disposición de ánimo que se exterioriza (Rm. 5, 2s.). Aquí se da este júbilo cuando el hombre se desprende de las cosas (II Cor. 8, 2).- APHECOTES significa sencillez, sinceridad de corazón (Mt. 5, 8). El que se abre a Dios y El se vuelca sintiéndose seguro.

I Pe. 1, 3-9

3 Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo quien, por su gran misericordia, mediante la Resurrección de Jesucristo de entre los muertos, nos ha reengendrado a una esperanza viva,

4 a una herencia incorruptible, inmaculada e inmarcesible, reservada en los cielos para vosotros,

5 a quienes el poder de Dios, por medio de la fe, protege para la salvación, dispuesta ya a ser revelada en el último momento.

6 Por lo cual rebosáis de alegría, aunque sea preciso que todavía por algún tiempo seáis afligidos con diversas pruebas,

7 a fin de que la calidad probada de vuestra fe, más preciosa que el oro perecedero que es probado por el fuego, se convierta en motivo de alabanza, de gloria y de honor, en la Revelación de Jesucristo.

8 A quien amáis sin haberle visto; en quien creéis, aunque de momento no le veáis, rebosando de alegría inefable y gloriosa;

9 y alcanzáis la meta de vuestra fe, la salvación de las almas.

(v. 3)         -   Hace presente a los destinatarios el gran misterio de la regeneración. Un consuelo y un estímulo en el hecho de haber sido llamados a formar el santo pueblo de Dios.

                  -   Primero tenemos un homenaje al Padre:Bendito sea Dios BARUKH (hebreo) = uno a quien se glorifica.El Bendito es en el judaísmo tardío, el nombre divino, la meta y honor supremo del hombre. Aquí se bendice a Dios Padre por su paternidad para con nosotros, no sólo al darnos la vida sino su misericordia en la íntima unión con la humanidad desde los tiempos del paraíso.

                  -   Estaregeneración o nuevo nacimiento se produjo en el bautismo donde por primera vez se nos hizo patente la resurrección y muerte de Cristo. Esta semilla depositada por Dios, es la esperanza cristiana, realidad viviente y vital que tiene puesta su mirada en la segunda venida de Cristo, pero que comienza ya aquí en la tierra aunque tenga su fin más allá de la vida del hombre.

(v. 4)         -   Esta nueva vida es con vistas a una herencia que hemos de recibir y que es maravillosa: una tierra santa y gloriosa. Como está referida al Resucitado es incorruptible y nos está guardada en el corazón

(v. 5)         amoroso de Dios. La fuerza de Dios nos custodia en la fe. Es la fe como muralla de defensa en una ciudad fuerte, es nuestra protección en el camino hasta llegar a la meta final que es la salvación ya presente aquí y que se consumará para la Iglesia entera en el día final.

(v. 6)         -   Esta salvación hace saltar de júbilo a los cristianos a pesar de las diversas pruebas. Todavía no han estallado las persecuciones pero Pedro avisa a los cristianos de las futuras tribulaciones y también de las dificultades de cada día.

(v. 7)         -   El sufrimiento que nos aflige es una purificación, acrisolamiento de la fe (4, 12) que se hace al fuego para apreciar su calidad (Is. 1, 25; 48, 10; Ez. 22, 17-22; Sb. 3, 1-2). Cuando Jesucristo se manifieste en el último día estos cristiano probados serán su ornato y corona, su gloria y alabanza y honor.

(v. 8-9)      -   El amor entrañable de Pedro hacia Jesús de Nazaret se hace aquí patente (2, 21-25) y nos dice cuan digno es este hombre de nuestro amor (Jn. 21, 15-17). De nuevo nombra el júbilo ante la seguridad de la gloria futura y el encuentro en ese día con Cristo. Todo ésto en la fe. En las dificultades esta fe aparece más radiante y vuelve a repetir que la meta de la fe es la salvación del alma, es decir, la salvación del hombre entero en la Comunión de los Santos.

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