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LA TRANSFIGURACIÓN DE JESUS EN EL MONTE TABOR.

2 Seis días después, toma Jesús consigo a Pedro, Santiago y Juan, y los lleva, a ellos solos, aparte, a un monte alto. Y se transfiguró delante de ellos,
3 y sus vestidos se volvieron resplandecientes, muy blancos, tanto que ningún batanero en la tierra sería capaz de blanquearlos de ese modo.
4 Se les aparecieron Elías y Moisés, y conversaban con Jesús.
5 Toma la palabra Pedro y dice a Jesús: « Rabí, bueno es estarnos aquí. Vamos a hacer tres tiendas, una para ti, otra para Moisés y otra para Elías »;
6 - pues no sabía qué responder ya que estaban atemorizados -.
7 Entonces se formó una nube que les cubrió con su sombra, y vino una voz desde la nube: « Este es mi Hijo amado, escuchadle. »
8 Y de pronto, mirando en derredor, ya no vieron a nadie más que a Jesús solo con ellos.
9 Y cuando bajaban del monte les ordenó que a nadie contasen lo que habían visto hasta que el Hijo del hombre resucitara de entre los muertos.
10 Ellos observaron esta recomendación, discutiendo entre sí qué era eso de « resucitar de entre los muertos. » (Mc. 9, 2-10)

Los discípulos, Pedro, Santiago y Juan, así como Moisés y Elías, contemplaron la transfiguración del rostro y de los vestidos de Jesús. Moisés y Elías vieron su gloria, y entendían bastante de esta transfiguración porque ellos mismos ya eran cuerpos resucitados y gloriosos, de alguna manera… Pero los pobres apóstoles no entendían gran cosa, sólo que lo que veían, no era de esta tierra sino algo celeste y su Señor Jesús entraba en esta esfera. Ellos vieron a su Maestro, pero este cambio luminoso no les llegaba todavía a ellos, por eso, estaban aturdido y ante tantos fenómenos sobrenaturales: la luz, la nube y la voz, cayeron de bruces, llenos de espanto… Cuando Jesús se les acercó y les tocó diciéndoles: “levantaos, no temáis”, entonces, ante el Jesús, hombre normal como ellos, comenzaron a recuperarse…

¿Pero qué entendieron?, poco o nada. ¿Por qué ellos contemplaron todo esto y qué significaba que Jesús iba a morir y resucitar de entre los muertos?… Todo era muy extraño para su mente ruda de pescadores…, hubieran preferido un Jesús, su Maestro, que entrara en sus categorías y les dijera de lo que ellos entendían; aunque sus palabras de vida eterna les tenían absortos y despertaban en sus corazones esperanzas y amores sobrenaturales… Jesús buscaba para ellos los bienes de allí arriba, por ello solía llevarlos a lugares solitarios y encumbrados. “Los condujo aparte a una montaña alta y se puso a orar”, y mientras oraba, se transfiguró su rostro y sus vestidos.

Mientras habla con el Padre todo su ser despide luz y transparencia. Es una imagen de la gloria de Dios, lo que los humanos podemos percibir y dar nombre, pero le realidad es mucho más, es otra cosa más excelsa. Los evangelistas hablan de una nube que los envolvía. Todos estaban cubiertos de luz que los nimbaba y en ella, ebrios de claridad, se olvidan de sí mismos y no dicen cosas coherentes. “Hagamos tres tiendas, qué bien se está aquí“… Cuando Dios nos visita, qué bien estamos con El, no quisiéramos rebullirnos…

En nuestra vida, podemos estar rodeados del misterio y percibir algo y por otra parte, no entender nada. ¿Por qué Moisés y Elías hablaban de la próxima muerte de Jesús?… A los apóstoles les faltaba la perspectiva de la fe que había de empapar todos los acontecimientos de la pasión de Cristo. Después que resucitó de entre los muertos, el Espíritu les fue enseñando una fe viva y encarnada.

Todo esto sucedió para sostener la fe de los discípulos ante la inminente pasión y escándalo en la vida de su Maestro. Porque muerte y gloria van unidas; Cruz y exaltación también. Si el grano de trigo no muere y es enterrado, no produce fruto; pero si muere, da mucho fruto. Este es el misterio que Jesús les predicó a sus apóstoles el día de su transfiguración…

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