9 de ABRIL DE 2018 - ANUNCIACIÓN DEL SEÑOR

SOLEMNIDAD

Is. 7, 10-14

10 Volvió Yahveh a hablar a Ajaz diciendo:

11 « Pide para ti una señal de Yahveh tu Dios en lo profundo del seol o en lo más alto. »

12 Dijo Ajaz: « No la pediré, no tentaré a Yahveh. »

13 Dijo Isaías: « Oíd, pues, casa de David: ¿Os parece poco cansar a los hombres, que cansáis también a mi Dios?

14 Pues bien, el Señor mismo va a daros una señal: He aquí que una doncella está encinta y va a dar a luz un hijo, y le pondrá por nombre Emmanuel.

(v. 10-13)  -   Toda la liturgia de este domingo se orienta al nacimiento del Salvador. Isaías nos presenta su profecía sobre el Emmanuel. Es un momento difícil para el reino de Judá. El impío rey Acaz rehúsa creer que Dios puede salvar la situación e Isaías le responde con un duro reproche para demostrarle que Dios puede hacer cosas mucho más grandes (v. 14) y en (v. 17), le anuncia que van a caer sobre el pueblo días peores que los del tiempo del cisma, aunque Jahvé es poderoso para realizar sus designios a pesar de la incredulidad.

(v. 14)       -   La señal que Acaz ha rehusado es el nacimiento de un hijo cuyo nombre Emmanuel = Dios con nosotros, es profético y anuncia que Dios protegerá y bendecirá a Judá.

                  1) Para algunos exégetas, estamujer joven” “ALMAH, doncella, era una joven que había entrado recientemente en el harén del rey que sería la madre de Ezequías.

                  2) Para otros, era un pasaje simbólico en que el profeta se refiere a su propia mujer y a su hijo(Is. 7, 3; 8, 1-14), según un procedimiento corriente entre los profetas.

                  -   Estos dos sentidos son los únicos que podían comprender sus auditores, pero a lo largo de la tradición este texto ha tenido nuevas lecturas.

                  -   LXX = Hablan de unaVirgen en lugar de una joven.

                  -   Mt. = 1, 23, es quien da por primera vez a este pasaje su dimensión completa: La Virgen permanecerá virgen incluso en su alumbramiento. Sigue por otra parte una opinión recibida de tradiciones judías.

                  -   Es el anuncio del mesianismo real (25, 7) (Mt. 4, 14) etc., en que Dios salvará por medio de un rey, sucesor de David.

Hb. 10, 5-10

5 Por eso, al entrar en este mundo, dice: Sacrificio y oblación no quisiste; pero me has formado un cuerpo.

6 Holocaustos y sacrificios por el pecado no te agradaron.

7 Entonces dije: ¡He aquí que vengo - pues de mí está escrito en el rollo del libro - a hacer, oh Dios, tu voluntad!

8 Dice primero: Sacrificios y oblaciones y holocaustos y sacrificios por el pecado no los quisiste ni te agradaron - cosas todas ofrecidas conforme a la Ley -

9 entonces - añade -: He aquí que vengo a hacer tu voluntad. Abroga lo primero para establecer el segundo.

10 Y en virtud de esta voluntad somos santificados, merced a la oblación de una vez para siempre del cuerpo de Jesucristo.

(v. 5-7)      -   He aquí las disposiciones que tenía el Hijo de Dios al entrar en el mundo. Hasta aquí nos ha hablado el autor de la sangre de Cristo, mas ahora se menciona también el cuerpo de Cristo como don sacrificial. El autor eligió el (Sal. 40, 7-9) porque hablaba del cuerpo. Esta palabra debía suscitar en los cristianos asociaciones eucarísticas, mas no hace aquí el autor mención del banquete del Señor y es que en la época del N.T. no se consideraba la eucaristía como una realidad aislada, sino como dice S. Pablo: se anuncia en el banquete del Señor “la muerte del Señor (I Cor. 11, 26). Es decir, se conmemora la virtud expiatoria y salvífica de la cruz de Cristo. Una finalidad semejante persigue la Carta a los Hebreos: desea convencer a los fieles de la virtud purificadora, santificadora y consumadora del sacrificio de Cristo. Lo hace como pastor de almas y teólogo, no al estilo de la conmemoración litúrgica.

(v. 8-10)    -   En este pasaje tenemos una prueba de Escritura que presenta la “oblación del Cuerpo de Cristo” como cumplimiento de una voluntad de Dios existente desde toda la eternidad: Dios no quiso los sacrificios prescritos por la Ley, sino que sólo tenía sus complacencias en la oblación que Cristo hizo de sí mismo. Esta postura con respecto al A.T. parece contradictoria: por un lado parece ser la Palabra de la Escritura como notificación divina de la voluntad de Dios y por otra no reconoce la carta los sacrificios (en el A.T. son mandato divino) como expresión de lo que Dios había realmente querido y perseguido. La crítica del culto que ocasionalmente expresara los profetas (Jr. 7, 21-23) no se entiende aquí como desestimación o condenación de la institución sacrificial levítica. Hay en el A.T. como dos ordenaciones: la primera y la segunda tienda. Jesús con su encarnación suprimió el primer tabernáculo con sus ritos terrestres y carnales y puso en su lugar la segunda tienda , nueva y celestial en la que El ofrece su cuerpo preparado directamente por Dios. De un golpe vemos aquí la encarnación y la pasión, pesebre y cruz. Toda la vida de Jesús fue un único ofertorio a través de un tabernáculo mayor y más perfecto que conduce al lugar santísimo de Dios “aquí estoy para cumplir tu voluntad”.

Lc 1,26‑38

26 Al sexto mes fue enviado por Dios el ángel Gabriel a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret,

27 a una virgen desposada con un hombre llamado José, de la casa de David; el nombre de la virgen era María.

28 Y entrando, le dijo: « Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo. »

29 Ella se conturbó por estas palabras, y discurría qué significaría aquel saludo.

30 El ángel le dijo: « No temas, María, porque has hallado gracia delante de Dios;

31 vas a concebir en el seno y vas a dar a luz un hijo, a quien pondrás por nombre Jesús.

32 El será grande y será llamado Hijo del Altísimo, y el Señor Dios le dará el trono de David, su padre;

33 reinará sobre la casa de Jacob por los siglos y su reino no tendrá fin. »

34 María respondió al ángel: « ¿Cómo será esto, puesto que no conozco varón? »

35 El ángel le respondió: « El Espíritu Santo vendrá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el que ha de nacer será santo y será llamado Hijo de Dios.

36 Mira, también Isabel, tu pariente, ha concebido un hijo en su vejez, y este es ya el sexto mes de aquella que llamaban estéril,

37 porque ninguna cosa es imposible para Dios. »

38 Dijo María: « He aquí la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra. » Y el ángel dejándola se fue.

                A) Llena de gracia (v. 26-29)

(v. 26)      -    El relato de la anunciación de Jesús es una obra maestra en la forma: Evangelio áureo. Tres veces habla el ángel, tres responde María y tres veces expresa su actitud ante la oferta de Dios.

                     La aparición del Arcángel Gabriel da el tono a la escena de la Anunciación. Desde Dan. 8-9, Gabriel era para el judaísmo el anunciador de los últimos tiempos, el guardián del “fuego”, que es el símbolo del día escatológico de Jahvé. Su aparición en la casa de María significa que los últimos tiempos han sido inaugurados. En Gen. 3, 24, Gabriel aparece con su espada de fuego como guardián del Paraíso y ahora con su aparición da acceso al mismo.

(v. 27)      -    La escena tiene lugar en la humilde casa de Nazaret. Lucas opone al anuncio del nacimiento del Bautista hecho en el Templo de manera solemne, el anuncio a María que fue en el secreto del alma de una joven pobre y en una región despreciada: Galilea (Jn. 1, 46; 7, 41). Lucas parece establecer en su conjunto una oposición entre Jerusalén y María como si ésta heredase las prerrogativas de la primera.

(v. 28)      -    El saludo del ángel se puede traducir mejor por “¡Alégrate... , pero aún así habría sido traducción banal si no se hubiera añadido: ¡... porque el Señor está contigo!. Pero esta frase ya fue pronunciada por los profetas refiriéndose a Jerusalén para anunciar la próxima llegada del Mesías (Za. 9, 9) (Sof. 3, 14). Por tanto, en este saludo hemos de ver una trasposición de los privilegios reservados a Jerusalén, en beneficio ahora de María. Las profecías no van ya a entidades materiales sino a las personas: a la Virgen María, único “Resto” fiel de la primera Sión.

                 -    La expresión “el Señor está en tus entrañas” encubre el misterio de la Concepción por la expresión paralela de (Sof. 3, 14-15), que literalmente significa: “el Señor está en tus entrañas

                 -    “Llena de gracia” ha sido explicado por la teología posterior más explícitamente que en Lucas, donde quiere decir: “agraciada”, como en el vocabulario de los esponsales (Rut 2, 10; 2, 13) (Ester 2, 9.15.17) (Cant. 8, 10). Es un contexto matrimonial. Dios busca desde hace tiempo una esposa que le sea fiel. Su esposa anterior no lo fue y está dispuesto a “desposarse” de nuevo (Os. 1-3). María comprende que Dios va a realizar en ella el misterio de los esponsales prometidos en el A.T. El realismo de este misterio será sorprendente: las dos naturalezas se unirán en el Hijo de María en unión matrimonial.

                 -    A las palabras anteriores va a añadir el evangelista una frase que figura sólo en la Vulgata: “Bendita eres”. Esta frase se atribuye a Isabel en el momento de la Visita de la Virgen y testigos tardíos la han reproducido aquí por influencia de la oración del “Ave María” (Jue. 5, 24-27 = Gn. 3, 15). Es el elogio a la mujer victoriosa del mal y del enemigo (Jdt. 14, 7) (Jdt. 13, 18s) una de las grandes heroínas de su pueblo que ha traído al Salvador que nos librará de todos los enemigos (Lc. 1, 71).

(v. 29)      -    El saludo ha terminado y María se turbó por la palabra del ángel. Zacarías se turbó por la aparición. María por

SE TURBO       su palabra, por la grandeza del saludo, “Se preguntaba” qué podía significar aquel insólito saludo. Dado que

PREGUNTO    oraba y vivía entre los pensamientos de la Sagrada Escritura, tenía que surgir en ella un barrunto de la grandeza

ACEPTO        que se le anunciaba con aquellas palabras.

                 B) Promesa llena de gracia (v. 30-34)

(v. 30)      -    Moisés (Ex. 3, 11s) y Gedeón (Jue. 6, 15s) y Sión (Sof. 3, 16s) e Israel tenían necesidad de ser alentados así: Dios quiere salvar (Is. 43, 5). Todos se daban cuenta de su flaqueza, así mismo María, pero la gracia de Dios la asistirá y por medio de ella Dios lleva a término la historia de la salud. Dios es quien hace lo grande en lo pequeño: “Has hallado gracia ante Dios” (II Cor. 12, 10)

(v. 31)      -    “Mira”: las palabras de la anunciación evocan el anuncio del Emmanuel por (Is. 7, 14; Mt. 1, 23). No se menciona ningún padre o varón y así se prepara el misterio de la concepción virginal.

                 -    “Concebirás en el seno” (Sof. 3, 17). Con ella estará Emmanuel. María será el nuevo templo, el pueblo de Dios en medio del cual mora él. Se llamará Jesús, no se le explica el nombre como tampoco se explicó el de Juan. Dios quiere ser Salvador por medio de Jesús (Mt. 1, 21).

(v. 32)      -    Juan “será grande a los ojos del Señor”. Jesús es grande, sin medida y será Hijo del Altísimo. El nombre reproduce el ser. El Altísimo es Dios y su poder envolverá a María, por ésto, su hijo se llamará Hijo de Dios.

                 -    En el niño que se anuncia se cumple la profecía de Natán a David de parte de Dios y que fue faro en la historia de Israel (II Sam. 7, 12-16). Jesús será también soberano de la Casa de David.

(v. 33)      -    “Reinará por los siglos en la Casa de Jacob” (Is. 49, 6). Jesús reunirá al Pueblo de Dios y a los gentiles. Su reino abarcará al mundo, los pueblos y los tiempos.

(v. 34)      -    La respuesta al mensaje de Dios es una pregunta (1, 18). Zacarías pregunta por un signo que le convenza de la verdad del mensaje; María cree en el mensaje y sólo después busca solución a la pregunta que se le ofrece. ¿Cómo conciliar maternidad y virginidad?. No tengo relaciones conyugales. Lucas consigna la pregunta de María pero no le da ninguna explicación. La pregunta le parecía importante.

                 C) Concepción por gracia (v. 35-38)

(v. 35)      -    La acción de Dios es increíblemente nueva, se trata de una virgen que ha de ser madre sin ninguna cooperación humana: Jesús ha de recibir la vida de Dios mismo (Jn. 1, 13). Se supera en esta acción de Dios lo que hasta ahora había sucedido a los grandes de la historia sagrada: Isaac, Sansón, Samuel, Juan Bautista. “El Espíritu Santo vendrá sobre tí”. La fuerza divina activará el seno de María. El Espíritu Santo es una fuerza que vivifica y ordena: (Gn. 1, 2) (Sal. 104, 30). Es la suprema revelación de la libertad creadora de Dios.

                 -    (EPISCHENOSE) “El poder del Altísimo te envolverá en su sombra” (Ex. 40, 34) (I Re. 8, 11). La gloria de Dios es luz radiante y virtud activa. La gloria de Dios, que es fuerza, llena a María y causa en ella la vida de Jesús. En Jesús se manifiesta la gloria de Dios mediante la encarnación que se produce de María. Ella es el nuevo templo, signo de la presencia de Dios entre los hombres.

                 -    Todos estos prodigios harán que el que nazca sea Santo (Act. 2, 27) (4, 34). Jesús supera a todos los portadores del Espíritu Santo, pues El lo comunica, Jesús es Hijo de Dios (1, 32; 8, 28) desde la concepción.

(v. 36)      -    María creyó sin signo alguno, a la palabra del ángel, pero Dios le otorgó un signo: apoya con un signo la buena voluntad de creer. Un signo que se acomoda a María: en aquel momento nada podía afectarle tanto y tenía mucha comprensión hacia la maternidad. También ha concebido Isabel, que era tenida por estéril y “éste es el sexto mes”.

(v. 37)      -    “La palabra de Dios nunca carece de fuerza” es la traducción literal (Gn. 18, 13s). La palabra de Dios es eficaz, como lo fue en Abraham, en la historia de la salvación y en la vida de la Iglesia que son siempre signo.

                 -    La acción salvadora alcanzó en Juan Bautista su cumbre en el A.T. y halló su consumación en Jesucristo. Tanto Sara como María hallaron gracia ante Dios, María es hija de Abraham en la fe y en la gracia (Gal. 3, 16).

                 -    María emparentada con Isabel de la tribu de Leví, debía de estar emparentada con el sumo sacerdote Aarón. Jesús pertenece a la tribu de Leví por María y a la de Judá por José, por descendiente de David. En tiempos de Jesús estaba viva la esperanza de que vendrían dos mesías: uno de la tribu de Judá , que sería rey (Zac. 6, 9-14; I Mac. 14, 41)y otro de la tribu de Leví que sería sacerdote. El plan de Dios era que Jesús reuniera en su persona la dignidad sacerdotal y la regia.

(v. 38a)    -    El mensaje de Dios se ha transmitido, la reflexión de María ha cesado, el signo se ha ofrecido; ahora se aguarda la respuesta. Dios no fuerza nunca: atrae, solicita, suscita anhelos, persuade... María dará su consentimiento con libre decisión. Ella ha comprendido bien la voluntad de Dios y la cumple como “esclava del Señor”. Esta voluntad de Dios lo es para ella todo. Con la fe de Abraham comienza la historia de la salvación (Gn. 12, 1-4) y con María se completa. Sólo la obedeciencia logra la salvación (Hb. 10, 5-7; Fp. 2, 8). En la frase de María no hay ningún “yo”. Dios lo es todo para ella y lo salido de sus entrañas: Jesús, lo será todo para el Padre, hasta que en la consumación, “Dios lo sea todo en todos” (I Cor. 15, 28).

(v. 38b)    -    Las palabras “se retiró”, enlazan los dos cuadros de las anunciaciones (1, 23). Ambos cuadros son comunes y se pueden comparar con sus semejanzas y diferencias: es un díptico perfecto estructurado por Lucas.

                     En estos dos cuadros Jesús es el mayor.

                 -    Cuando María expresó su obediencia, la misión del ángel, quedó terminada. No se nos dice cómo se verificó la concepción. Ante lo más grande se recomienda el silencio (Jn. 1, 14) que Juan expresó así.

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