DOMINGO XXI (T. Ordinario)
CICLO A
- PEDRO “PORTERO” DEL REINO DE DIOS -
Is. 22, 19-23
15 Así dice el Señor Yahveh Sebaot: Preséntate al mayordomo, a Sebná, encargado del palacio,
19 Te empujaré de tu peana y de tu pedestal te apearé.
20 Aquel día llamaré a mi siervo Elyaquim, hijo de Jilquías.
21 Le revestiré de tu túnica, con tu fajín le sujetaré, tu autoridad pondré en su mano, y será él un padre para los habitantes de Jerusalén y para la casa de Judá.
22 Pondré la llave de la casa de David sobre su hombro; abrirá, y nadie cerrará, cerrará, y nadie abrirá.
23 Le hincaré como clavija en lugar seguro, y será trono de gloria para la casa de su padre.
- Único oráculo de Isaías que se refiere a una persona en particular: Sebná, un advenedizo, quizá un extranjero que había llegado al puesto más elevado, el de encargado del palacio de Ezequías. Sólo Isaías menciona su sustitución por Elyaquim, pues según II Re. 18, 26.37; 19, 2; Is. 36, 3.11.22; 37, 2, Elyaquim es el encargado de palacio y Sebná no es más que secretario.
(v. 22-23) - Abrir y cerrar las puertas de “la casa del rey” era una función del visir egipcio, equivalente en Israel al maestro de palacio. Esa será la función de Pedro en la Iglesia, reino de Dios (Mt. 16, 19) (Ap. 3, 7). Apocalipsis cita este texto y lo aplica al Mesías como en la Antífona del Magníficat del día 20 de diciembre: “Oh llave de David y cetro de la casa de Israel, que abres y nadie puede cerrar...”
